Página 197 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Normas generales para la remuneración de los obreros
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Cuando se haga esta obra en la forma como debería efectuarse,
cuando trabajemos con celo divino para añadir conversos a la verdad,
el mundo verá que un poder asiste a nuestro mensaje de verdad.
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La unidad de los creyentes da testimonio del poder de la verdad
que puede unir en perfecta armonía a hombres de disposiciones
diferentes, y hacer que uno sólo sea el interés de todos.
Las oraciones y las ofrendas de los creyentes van unidas a sus
esfuerzos fervorosos y abnegados, y verdaderamente constituyen un
espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. Los hombres
vuelven a convertirse. La mano que una vez buscaba la recompensa
de una remuneración mayor se ha convertido en la mano ayudadora
de Dios. Los creyentes están unidos por un mismo interés: el deseo
de crear centros de la verdad donde se exalte a Dios. Cristo los junta
con santos vínculos de unión y amor, vínculos que tienen un poder
irresistible.
Cristo oró por esta unidad poco antes de su juicio, cuando estaba
tan sólo a un paso de la cruz. “Para que todos sean uno—dijo él—;
como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno
en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Juan
17:21
.—
Carta 32, 1903
.
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