Página 250 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
espíritu porque él es mi fiel Creador. “Porque yo sé a quién he creído,
y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel
día”.
2 Timoteo 1:12
. Si educásemos y preparásemos nuestras almas
para tener más fe, más amor, una mayor paciencia y una confianza
más perfecta en nuestro Padre celestial, sé que tendríamos más paz
y felicidad cada día a medida que pasamos por los conflictos de esta
vida.
Al Señor no le agrada que nos alejemos de los brazos de Jesús a
causa de nuestra impaciencia y nuestra zozobra. Es necesario que
haya más espera y vigilancia serenas. Pensamos que no vamos por
el camino correcto, a menos que tengamos la sensación de ello, de
modo que persistimos en contemplarnos interiormente en busca de
alguna señal que cuadre a la ocasión; pero no debemos confiar en
nuestros sentimientos sino en nuestra fe.
Andad por fe
Una vez que hemos cumplido con la Palabra escrita, según nues-
tro mejor conocimiento, debemos andar por fe, ya sea que expe-
rimentemos una satisfacción especial o no. Deshonramos a Dios
cuando mostramos que no confiamos en él después de habernos
dado tales evidencias maravillosas de su gran amor manifestado al
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dar a su Hijo unigénito Jesús para que muriera en nuestro lugar, a
fin de que creyésemos en él, que afirmásemos nuestras esperanzas
en él, y confiásemos en su Palabra sin una sombra de duda.
Seguid contemplando a Jesús, continuad orando con fe silencio-
sa, proseguid apoderándoos de su fuerza, ya sea que experimentéis
algún sentimiento o no. Seguid avanzando sin vacilación, como si
cada oración ofrecida hubiese sido colocada en el trono de Dios y
contestada por Aquel cuyas promesas nunca fallan. Proseguid ade-
lante, cantando y entonando melodías a Dios en vuestros corazones,
aunque os encontréis deprimidos por una sensación de peso y de
tristeza. Os digo como alguien que sabe, que la luz vendrá, que
tendremos gozo y que la niebla y las nubes serán rechazadas. Y así
pasaremos del poder opresivo de las sombras y las tinieblas al sol
brillante de su presencia.
Si manifestáramos más nuestra fe, si nos regocijáramos más
en las bendiciones que ahora tenemos—la gran misericordia, la