Página 251 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Fortaleza en la aflicción
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paciencia y el amor de Dios—cada día tendríamos más fuerza. ¿No
poseen acaso las preciosas palabras pronunciadas por Cristo, el
Príncipe de Dios, una seguridad y un poder que deberían ejercer
gran influencia en nosotros, para hacernos creer que nuestro Padre
celestial está más deseoso de dar su Espíritu Santo a quienes se lo
piden de lo que los padres están para conceder buenas dádivas a sus
hijos?
Deberíamos dedicarnos cada día a Dios y creer que él acepta el
sacrificio, sin examinar si acaso poseemos ese grado de sentimiento
que pensamos debe corresponder con nuestra fe. El sentimiento y la
fe son tan diferentes como lejano está el oriente del occidente. La
fe no depende del sentimiento. Debemos implorar fervientemente
a Dios y con fe, haya o no sentimiento, y luego debemos vivir
de acuerdo con nuestras oraciones. La palabra de Dios constituye
nuestra seguridad y evidencia, de modo que después de haber pedido
debemos creer sin dudar. Te alabo, oh Dios, te alabo. No me has
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fallado en el cumplimiento de tu palabra. Te has manifestado a mí y
soy tuya para hacer tu voluntad.
Velad tan fielmente como lo hizo Abrahán para que los cuervos
o las aves de presa no se posen sobre vuestros sacrificios u ofrendas
a Dios. Hay que cuidar cada pensamiento de duda, de tal modo que
no salga a la luz del día por haberlo expresado. La luz siempre se
aleja de las palabras que honran a los poderes de las tinieblas. La
vida de nuestro Señor resucitado debería manifestarse diariamente
en nosotros.
El camino al cielo es estrecho e incómodo
¿Cómo es el camino que nos lleva al cielo? ¿Es un camino lleno
de conveniencias invitadoras? No, sino que es un sendero estrecho
y aparentemente incómodo; es un camino donde hay conflictos,
pruebas, tribulaciones y sufrimientos. Nuestro Capitán, Jesucristo,
no nos ha ocultado nada concerniente a las batallas que debemos
pelear. Despliega el mapa delante de nosotros y nos muestra el
camino. Nos dice: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque
os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”.
Lucas 13:24
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“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por