Los enlutados
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creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito
para aquel día”.
2 Timoteo 1:12
.—
Carta 32, 1893
.
Bienaventurados los que mueren en el señor
Consuelo en ocasión de la muerte de una madre
QUERIDA HERMANA,
Leí en la carta... lo que se refiere a la muerte de su madre, y tan
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sólo pude decir: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos
que mueren en el Señor”.
Apocalipsis 14:13
. Durante mucho tiempo
su madre ha estado muy débil. Ud. la ha cuidado constantemente.
No ver más su rostro constituirá una gran aflicción para Ud. Si
viviésemos cerca de Ud., le diríamos: “Venga aparte y descanse un
poco”. Pero sus deberes reclaman su tiempo. Quiero decirle: Confíe
en el Señor.
Ud. sentirá enormemente el fallecimiento de su madre; pero
quisiera decirle que no siento aflicción por los justos muertos, sino
por los que viven. Sé que Ud. ha dejado a su madre en la tumba
con la plena esperanza de que ella se levantará cuando suene la
trompeta de Dios... Sé lo que significa sepultar a los seres amados.
Mi padre y mi madre, mi hermano, mi hermana, mi esposo y dos de
mis hijos duermen en sus tumbas. Mi hermana María, yo y mis dos
hijos somos los únicos que quedamos.—
Carta 98, 1903
.
Aguardad la felíz reunión familiar
Aliento en ocasión de la pérdida de una esposa
ESTIMADO HERMANO,
Nos enteramos de la muerte de su esposa, pero no recibimos
pormenores concernientes a su enfermedad.
Simpatizamos con Ud. Oramos a Dios para que lo consuele y
le imparta su gracia, para que no caiga postrado por una aflicción
excesiva. Agradezcamos a Dios porque aguardamos la heredad pro-
metida. Agradezcámosle porque su salvación está cercana y no dista
de nosotros.
Al considerar a sus hijitos, con respecto a quienes su esposa cum-
plió tan fielmente sus responsabilidades de madre, Ud. tiene motivos
para alegrarse porque ella hizo todo lo que pudo para criarlos en la