Página 279 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Los enlutados
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justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”.
Mateo
13:43
.
¡Qué mañana gloriosa será la de la resurrección! ¡Qué maravi-
llosa escena ocurrirá cuando Cristo venga para ser admirado por
los que creen! Todos los que participaron de la humillación y los
sufrimientos de Cristo también participarán de su gloria. Mediante
la resurrección de Cristo, cada santo creyente que duerma en Jesús
surgirá triunfante de su prisión. Los santos resucitados proclama-
rán: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu
victoria?”
1 Corintios 15:55
...
Jesús ha triunfado sobre la muerte y ha destruido las cadenas de
la tumba, y todos los que duermen en el sepulcro compartirán su
victoria; saldrán de sus tumbas tal como salió el Conquistador...
Dios no os ha abandonado
Queridos hermanos que pasáis por tan severa aflicción, Dios
no os ha abandonado para que seáis juguetes de las tentaciones de
[311]
Satanás. Que vuestros corazones acongojados se abran para recibir
las expresiones de consuelo procedentes de vuestro misericordioso
Redentor. Jesús os ama. Recibid los brillantes rayos del Sol de
Justicia y sed confortados. Agradeced a Aquel que os ha levantado
de los muertos y que siempre vive para interceder por vosotros.
Jesucristo es un Salvador viviente. No está en la tumba nueva de
José. ¡Ha resucitado! Gozaos aun en éste vuestro día de aflicción y
congoja, porque tenéis un Salvador que simpatiza con vuestro dolor.
El lloró junto a la tumba de Lázaro, e identifica sus aflicciones con
las de sus hijos afligidos.
En todos vuestros conflictos, en todas vuestras pruebas y per-
plejidades de la vida, buscad el consejo de Dios. La senda de la
obediencia a Dios constituye una luz refulgente que brilla cada vez
más hasta tener la claridad del mediodía. Recorred paso a paso el
camino del deber. Tendréis que trepar en los lugares empinados,
pero seguid avanzando por la senda de la humildad, de la fe y de
la abnegación, dejando detrás de vosotros las nubes de la duda. No
os desesperéis, porque vuestros familiares vivos necesitan vuestro
cuidado y amor. Os habéis alistado en el ejército del Señor; sed
valientes soldados de Jesucristo. Dejad que vuestras palabras de