Declaraciones referentes al empleo de drogas
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leyes de la salud. Utilícense las drogas rarament
—
Counsels on
Health, 261 (1890)
.
Procurad disminuir su uso
.—En su práctica, los médicos de-
berían procurar disminuir cada vez más el empleo de las drogas
en vez de acrecentarlo. Cuando la doctora A acudió al Instituto
para la Salu
dejó de lado sus conocimientos y sus prácticas de
la higiene y administró las pequeñas dosis homeopáticas para casi
cada enfermedad. Esto iba en contra de las instrucciones que Dios
había dado. De este modo nuestro pueblo, que había sido enseñado
a evitar las drogas en casi todas sus formas, estaba recibiendo una
educación diferente
Carta 26a, 1889
[A un médico destacado en la
[323]
obra institucional].
No es necesario emplear drogas potentes
.—Los primeros es-
fuerzos de un médico deberían encaminarse a educar a los enfermos
y a los que padecen en cuanto a las medidas que deberían adoptar
para evitar las enfermedades. Podemos hacer un enorme bien al
procurar instruir a todas las personas con quienes nos relacionamos
acerca de los mejores métodos para prevenir las enfermedades y los
sufrimientos, el quebrantamiento de la salud y la muerte prematura.
Pero los que no se preocupan por emprender un trabajo que pesará
sobre sus facultades físicas y mentales, estarán dispuestos a pres-
cribir medicamentos a base de drogas que pondrán el fundamento
en el organismo humano para un mal dos veces mayor que el que
pretenden aliviar.
El consejo dado par la Sra. White, cuando le preguntaron acerca del uso de la
quinina en el tratamiento de la malaria, armonizaba con esta declaración. Su hijo, que
viajaba con ella y la ayudaba, informa lo siguiente:
“Cierta vez, cuando estábamos en Australia, un hermano que había trabajado como
misionero en las islas, le habló a mamá acerca de la enfermedad y la muerte de su
hijo mayor. Este se hallaba gravemente enfermo de malaria, y aconsejaron a su padre
que le diera quinina; pero en vista del consejo dado en los testimonios de no utilizar
quinina, rehusó proporcionársela, y su hijo murió. Cuando se encontró con la Hna.
White, le formuló esta pregunta: ‘¿Habría pecado yo al administrar quinina al muchacho
cuando no tenía otro medio de controlar la malaria, y cuando sabía que moriría si no
se la proporcionaba?’ Ella contestó: ‘No, porque se espera que hagamos lo mejor que
podemos”’ (Carta de W. C. White, 10 de septiembre de 1935).—
Los compiladores
.
Instituto para la Salud (en inglés
Health Retreat
) era el nombre que se daba a algunas
de nuestras instituciones médicas en sus primeras etapas, antes de llegar a ser sanatorios y
hospitales.