Página 326 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

322
Mensajes Selectos Tomo 2
vuestro cuerpo y vuestro espíritu están por entero sometidos al
Espíritu de verdad. ¿Quiénes han escudriñado detenidamente la
Palabra para buscar ejemplos y dirección en este asunto? ¿En quiénes
podemos confiar como maestros en nuestros colegios en los Estados
Unidos y en los países extranjeros? Depués de años de estudios, ¿han
de regresar los estudiantes a sus propios países con ideas falseadas
acerca del respeto, la honra y la reverencia que deberían tributarse a
Dios, y no sentir la obligación de honrar a los hombres de cabellos
grises, a los hombres de experiencia, a los siervos escogidos por Dios
que se han relacionado con la obra de Dios durante casi todos los
años de su vida? Aconsejo a todos los que asisten a los colegios en
los Estados Unidos o en cualquier otro lugar, a que no se contagien
del espíritu de irreverencia. Aseguraos de comprender por vosotros
mismos qué clase de educación necesitáis, a fin de poder educar a
otros para que obtengan una preparación del carácter que soporte
[363]
la prueba que muy pronto sobrevendrá a todos los que viven en la
tierra. Andad en compañía de los cristianos más sólidos. No elijáis
como compañeros a los instructores o alumnos presuntuosos, sino
a los que manifiestan una mayor piedad y a los que revelan tener
comprensión de las cosas de Dios.
Vivimos en tiempos peligrosos. Los adventistas profesan ser el
pueblo de Dios que guarda los mandamientos, pero están perdiendo
su espíritu de devoción. El espíritu de reverencia a Dios enseña a
los hombres cómo deben aproximarse a su Hacedor: con santidad y
respeto mediante la fe, no en sí mismos, sino en un Mediador. Así
es como el hombre se mantiene seguro bajo cualquier circunstancia
en que se lo coloque. El hombre debe ponerse de rodillas, como un
súbdito de la gracia, cuando suplica ante el estrado de la misericordia.
Y puesto que recibe diariamente los dones de la mano de Dios,
siempre debería tener gratitud en el corazón y expresarla en palabras
de agradecimiento y alabanza por esos favores inmerecidos. Los
ángeles han guardado su camino durante toda su vida, y no ha visto
muchas de las trampas de las que ha sido librado. Y en vista de esa
protección y esos cuidados prestados por seres cuyos ojos nunca
dormitan ni duermen, debe reconocer en cada oración el servicio
que Dios realiza por él.
Todos deberían apoyarse en Dios en su desvalimiento y nece-
sidad cotidianos. Deberían mantenerse humildes, vigilantes y en