42—Consejos concernientes a los matrimonios
raciales mixto
Constituimos una sola hermandad. Debemos actuar con nobleza
y valor ante la vista de Dios y nuestro Salvador, no importa qué sea
lo que perdamos o lo que ganemos. Como cristianos que aceptamos
el principio de que todos los hombres, blancos y negros, son libres e
iguales, adhirámonos a este principio, y no demostremos cobardía
frente al mundo y los seres celestiales. Deberíamos tratar a los
hombres de color con el mismo respeto con que tratamos a los
blancos. Y mediante nuestras palabras y nuestro ejemplo podemos
convertir a otros a esta manera de pensar.
Pero hay una objeción contra el casamiento de los miembros de
la raza blanca con los de la negra. Todos deberían considerar que no
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tienen derecho a imponer sobre sus descendientes aquello que los
pondría en desventaja; no tienen derecho a darles como herencia una
condición que los sometería a una vida de humillación. Los hijos
de estos matrimonios mixtos sienten rencor hacia los padres que les
dieron esa herencia para toda la vida. Por esta razón, si no hubiera
otras, no debería haber casamientos entre los miembros de la raza
blanca y la de color (Manuscrito 7, 1896).
Respuesta a una pregunta
Estimado amigo,
Estos Mensajes Fueron Escritos por Elena G. de White en 1896 y 1912. Reite-
radas Declaraciones Suyas Acerca de la Relación entre Personas de Razas Diferentes,
Indican Claramente que sus Consejos sobre los Casamientos Interraciales No Implican
Desigualdad Racial, sino que en Esencia Constituyen un Asunto de Conveniencia o de
Inconveniencia, que Surge de las Circunstancias y las Condiciones Imperantes, Cuyo
Resultado Podría Ser “Controversia, Confusión y Rencor”. Véase el Apéndice 2. La Sra.
White Reafirmó Repetidamente Su Comprensión de la Igualdad de Todas las Razas y de
la Fraternidad de Todos los Seres Humanos, y Reiteró Su Creencia en Ellas. Véase el
Apéndice 3.—
Los Fideicomisarios
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