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Mensajes Selectos Tomo 2
En respuesta a preguntas formuladas acerca de la conveniencia
de los casamientos mixtos entre los jóvenes cristianos pertenecientes
a las razas blanca y negra, quiero decir que este asunto me fue
presentado en mi experiencia pasada, y según la instrucción que el
Señor me dio, no debería darse este paso, porque con toda seguridad
producirá controversias y confusión. Siempre he dado este mismo
consejo. Entre nuestro pueblo no debería estimularse esta clase de
casamientos. Que el hermano de color se case con una hermana de
color que sea digna, que ame a Dios y guarde sus mandamientos.
Que la hermana blanca que piensa unirse en matrimonio con el
hermano de color, rehúse dar ese paso, porque la dirección del Señor
no se manifiesta en ese sentido.
El tiempo es demasiado precioso para malgastarlo en las dispu-
tas que surgirían a raíz de esto. Que las cosas de esta índole no
distraigan a los ministros de su trabajo. El llevar a cabo tal cosa
creará confusión y estorbo. No contribuirá al progreso de la obra ni
a la gloria de Dios.—
Carta 36, 1912
.
El Señor contempla compasivamente a las criaturas que ha crea-
do, sin fijarse a qué raza pertenecen. Dios “de una sangre ha hecho
todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de
la tierra”... Nuestro Salvador dijo a sus discípulos: “Todos vosotros
sois hermanos”. Dios es nuestro Padre común y cada uno de nosotros
es un guarda de su hermano.—
The Review and Herald, 21 de enero
de 1896
.
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