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Mensajes Selectos Tomo 2
de Israel, pudiese obrar poderosamente para una mayor exaltación
de su verdad en la misma proporción en que el error es ensalzado.
El Señor, con sus ojos puestos en la iglesia, ha permitido una vez
tras otra que las cosas lleguen a un punto crítico con el fin de que
su pueblo, en su necesidad extrema, busque únicamente su ayuda.
Sus oraciones, su fe, juntamente con su firme propósito de ser fieles,
han requerido la intervención de Dios, y él ha cumplido su promesa:
“Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme
aquí”.
Isaías 58:9
. Su brazo poderoso se ha extendido para librar
a su pueblo. Dios reserva su intervención misericordiosa para el
tiempo cuando sus hijos se encuentren en necesidad extrema; con
eso logra que su liberación sea más notable y sus victorias más
gloriosas. Cuando fracasa toda sabiduría humana, se reconoce con
más claridad la intervención del Señor, y él recibe la gloria que
le pertenece. Hasta los enemigos de nuestra fe, los perseguidores,
perciben que Dios obra para librar a su pueblo del cautiverio.
Oración, fe y confianza en Dios
Lo que necesitamos en este tiempo de peligro son oraciones
fervorosas mezcladas con una fe intensa, y confianza en Dios cuando
Satanás arroja sus sombras sobre el pueblo de Dios. Todos deben
recordar que Dios se complace en escuchar las súplicas de su pueblo,
porque la iniquidad prevaleciente exige oraciones más fervorosas, y
Dios ha prometido que vengará a sus elegidos que claman a él día y
noche, aun cuando él sea paciente con los impíos.
Los hombres se sienten inclinados a abusar de la paciencia de
Dios y a aprovecharse de su clemencia. Pero hay un momento en la
iniquidad humana cuando es necesario que Dios intervenga; y las
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consecuencias de esto son terribles. “Jehová es tardo para la ira y
grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable”.
Nahúm 1:3
.
El paciente Dios es admirable, porque restringe sus propios atributos;
sin embargo, no por eso el castigo es menos seguro. Cada siglo de
libertinaje ha acumulado ira para el día de la ira, y cuando llegue
el tiempo, y la iniquidad esté completa, entonces Dios realizará su
obra extraña. Se encontrará que es una cosa terrible haber agotado
la paciencia divina, porque la ira de Dios se derramará en forma
tan marcada e intensa que se la presenta como una ira que no está