Página 385 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Preparación para la crisis final
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atemperada por la misericordia; y hasta la tierra misma quedará
arrasada. En el tiempo cuando la apostasía sea nacional, cuando
los dirigentes del país, obrando de acuerdo con el plan de acción
satánico, se alisten junto al hombre de pecado, entonces se colmará
la medida de la culpa; la apostasía nacional es la señal para que
ocurra la ruina nacional.
Dios ha puesto a su pueblo en la brecha para reparar la muralla,
para elevar el fundamento de muchas generaciones. Las inteligencias
celestiales, los ángeles superiores en fortaleza, están esperando,
obedientes a sus órdenes, para unirse con los instrumentos humanos,
y el Señor intervendrá cuando las cosas hayan alcanzado un estado
tal que únicamente el poder divino sea capaz de contrarrestar la obra
de los instrumentos satánicos. Cuando su pueblo corra el mayor
peligro, cuando al parecer sea incapaz de resistir contra el poder de
Satanás, entonces Dios obrará en su favor. La necesidad extrema del
hombre constituye la oportunidad de Dios.
Ahora es el momento cuando los que son leales y fieles deben
levantarse y brillar, porque la gloria del Señor ha surgido sobre ellos.
Ahora no es el momento de ocultar nuestros colores; no es el tiempo
de convertirse en traidores en medio de la intensidad de la batalla;
no es el tiempo de deponer las armas de combate. Los atalayas que
están en las murallas de Sion deben estar bien despiertos.
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Estoy muy agradecida porque en esta oportunidad podemos
apartar nuestras mentes de las dificultades que nos rodean y de la
opresión que sobrecogerá al pueblo de Dios, para contemplar la
luz y el poder celestiales. Si nos colocamos del lado de Dios, de
Cristo y de las inteligencias celestiales, quedaremos cubiertos por
el amplio escudo de la omnipotencia; el poderoso Dios de Israel es
nuestro ayudador; por lo tanto no necesitamos temer. Los que tocan
al pueblo de Dios, tocan la pupila de su ojo...
Hermanos, ¿llevaréis el espíritu de Cristo con vosotros al regresar
a vuestros hogares y a vuestras iglesias? ¿Suprimiréis la incredulidad
y la crítica? Estamos llegando a un tiempo cuando como nunca antes
tendremos que unirnos y trabajar conjuntamente. En la unión está
la fuerza. En la discordia y la desunión hay tan sólo debilidad.
Dios nunca tuvo la intención de que un solo hombre, o cuatro, o
veinte, tomasen en sus manos una obra importante y la hiciesen
avanzar independientemente de los demás obreros que trabajan en