Página 428 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
convertido en un hábito, y piensan que no podrán dormir si no
comen antes. En muchos casos, esa languidez se debe a que los
órganos digestivos ya han sido recargados severamente durante el
día con la digestión de alimento perjudicial ingerido con demasiada
frecuencia y en cantidad excesiva. Los órganos digestivos que han
sido recargados de esta manera, se fatigan y necesitan un período
de completo descanso para recobrar sus energías exhaustas. Nunca
debería ingerirse una segunda comida hasta tanto el estómago haya
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tenido tiempo de descansar del trabajo de digerir la comida anterior.
Si es necesario tomar una tercera comida, ésta debería ser liviana y
debería tomarse varias horas antes de acostarse.
Pero en el caso de muchas personas, el pobre y cansado estómago
puede quejarse en vano de cansancio. Se introduce en él una nueva
cantidad de alimento que pone en movimiento los órganos digestivos
para volver a realizar el mismo ciclo de trabajo durante las horas
de sueño. El sueño de tales personas por lo general es perturbado
por pesadillas, y en la mañana despiertan cansadas. Sienten una
sensación de languidez e inapetencia. En todo el organismo se expe-
rimenta una falta de energía. En poco tiempo los órganos digestivos
están agotados porque no han tenido tiempo para descansar. Estas
personas se convierten en dispépticos desdichados, y se preguntan
por qué se encuentran en tal condición. La causa ha producido infa-
liblemente el resultado. Si esta práctica se mantiene durante mucho
tiempo, la salud quedará seriamente perjudicada. La sangre se torna
impura, la tez se pone pálida y con frecuencia aparecen erupciones.
Tales personas suelen quejarse de dolores frecuentes y de malestar
en la región estomacal; y mientras trabajan, el estómago se cansa
tanto que ellas se retiran del trabajo para ponerse a descansar. Pe-
ro parecería que son incapaces de explicar esta condición, porque
aparte de esto, parecen gozar de buena salud.
Los que pasen de tres a dos comidas al día, al comienzo expe-
rimentarán una sensación de languidez, especialmente a la hora en
que acostumbraban ingerir su tercera comida. Pero si perseveran
durante un corto tiempo, esa languidez desaparecerá.
Cuando nos retiramos a descansar, el estómago ya debería haber
realizado todo su trabajo, porque él también necesita tener descan-
so como cualquiera otra parte del cuerpo. El trabajo de digestión
no debería efectuarse durante ningún lapso de las horas de sueño.