Página 431 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Capítulo 1
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estado natural. De modo que se la torna apetecible condimentándola
abundantemente, lo que hace que una cosa mala se torne peor. La
carne de cerdo, por encima de todas las demás carnes, pone la sangre
en mal estado. Los que consumen carne de cerdo en abundancia
no pueden evitar estar enfermos. Los que hacen mucho ejercicio al
aire libre no se dan cuenta de los efectos perjudiciales de la carne
de cerdo como los que viven en los edificios, y cuyos hábitos son
sedentarios y su trabajo es mental.
Pero el consumo de carne de cerdo no daña únicamente la salud
física. La mente es afectada y la delicada sensibilidad queda embo-
tada por el uso de este tosco alimento. Es imposible que la carne de
ninguna criatura viviente esté sana cuando la inmundicia constituye
su ambiente natural, y cuando se alimenta de toda clase de cosas
detestables. La carne del cerdo se compone de lo que éste come. Si
los seres humanos ingieren su carne, su sangre y su carne quedarán
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corrompidas por las impurezas que recibirán a través del cerdo.
El consumo de carne de cerdo ha producido escrófula, lepra
y humores cancerosos. El consumo de carne de cerdo continúa
causando el sufrimiento más intenso a la humanidad. El apetito
depravado desea con vehemencia las cosas que son más perjudiciales
para la salud. La maldición que ha descansado intensamente sobre la
tierra, y ha sido sentida por toda la humanidad, también ha aquejado
a los animales. Con el transcurso de los años el tamaño de las bestias
y la duración de sus vidas ha degenerado. Los malos hábitos de los
hombres las han hecho sufrir más de lo que hubiesen sufrido sin
ellos.
Sólo pocos animales están libres de la enfermedad. Muchos han
tenido que sufrir enormemente por la falta de luz, de aire puro y de
alimento adecuado. Cuando se los engorda, con frecuencia se los
deja en establos cerrados y se los priva del ejercio y del aire libre.
Muchos pobres animales son obligados a respirar el veneno de las
inmundicias que quedan en los establos. Sus pulmones enfermarán
mientras respiran esas impurezas. El hígado y todo el organismo del
animal enferma. Se los mata y se los prepara para el mercado, y la
gente consume abundantemente esa carne tóxica. En esta forma se
provocan muchas enfermedades. Pero la gente no puede ser inducida
a creer que es la carne que han consumido la que ha envenenado
su sangre y le ha causado tantos sufrimientos. Muchos mueren de