Página 444 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
de Jehová que dictan el deber del hombre hacia sus semejantes, ni se
colocan en una posición desde donde les resulte imposible glorificar
a Dios en sus cuerpos y en sus espíritus, los cuales le pertenecen. Si
en su apresuramiento por enriquecerse sobrecargan sus energías y
violan las leyes de su organismo, se colocan en una condición que
les impide rendir a Dios un servicio perfecto, y siguen una conducta
pecaminosa. Los bienes que se adquieren en esta forma se consiguen
al precio de un sacrificio inmenso.
El trabajo duro y el cuidado que produce ansiedad, con frecuen-
cia ponen al padre nervioso, impaciente y exigente. No advierte el
aspecto cansado de su esposa que ha estado trabajando con su fuerza
debilitada en forma tan laboriosa como él con su mayor energía. El
mismo sufre a causa de la premura de los negocios, y debido a su
ansiedad por enriquecerse pierde en gran medida el sentido de su
obligación hacia su familia y no aprecia con justicia la capacidad
de resistencia de su esposa. Con frecuencia agranda su granja, lo
que requiere la ayuda de más trabajadores, y esto necesariamente
aumenta el trabajo de la casa. La esposa se da cuenta cada día de
que está efectuando un trabajo mayor que sus fuerzas, y sin embargo
trabaja pensando que las tareas deben realizarse. Continuamente
extrae fuerzas de las reservas que pertenecen al futuro y está vi-
viendo con un capital prestado, y en el momento cuando necesita
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esas fuerzas no las tiene a su disposición; y si es que no pierde su
vida, su constitución queda dañada más allá de toda posibilidad de
recuperación.
Si el padre tuviera conocimiento de las leyes físicas, podría
comprender mejor sus obligaciones y sus responsabilidades. Vería
que es culpable de casi haber asesinado a sus hijos al permitir que
la madre soportase tantas cargas, al obligarla a trabajar más allá de
sus fuerzas antes del nacimiento de sus vástagos, a fin de obtener los
medios de vida para ellos. Luego deben cuidar a sus hijos durante su
vida de sufrimiento, y con frecuencia los llevan prematuramente a la
tumba, sin comprender que su conducta equivocada ha producido un
resultado ineludible. Cuánto mejor habría sido proteger a la madre
de sus hijos del trabajo agotador y de la ansiedad mental, permitir
que los hijos heredasen constituciones sanas, y darles la oportunidad
de abrirse paso en la vida sin confiar en los bienes de su padre sino
en su propia fuerza y su dinamismo. La experiencia que podrían