Página 447 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Capítulo 2
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Toda mujer que está por ser madre, no importa en qué ambiente
viva, debería estimular constantemente en sí misma una disposición
feliz, gozosa y satisfecha, sabiendo que los esfuerzos que realice
en ese sentido le proporcionarán diez veces más en términos de la
constitución física y carácter moral de sus hijos. Y esto no es todo.
Puede habituarse a tener pensamientos alegres y con esto estimular
una disposición feliz en su mente a fin de reflejar sobre su familia,
y sobre las personas con quienes se relaciona, su propio gozo y
felicidad. Y hasta su salud física mejorará en forma notable. Las
fuentes de la vida recibirán una nueva fuerza, la sangre no circulará
con lentitud, como sería el caso si tuviese que ceder al desánimo
y la melancolía. Su salud mental y moral se vigoriza por la alegría
imperante en su estado de ánimo. Mediante la fuerza de voluntad es
posible resistir las impresiones negativas de la mente, y con esto se
ejercerá una notable acción sedante sobre los nervios. Los hijos que
han sido privados de la vitalidad que deberían haber heredado de
sus padres deberían recibir el mayor cuidado. Su condición puede
mejorarse notablemente si se presta cuidadosa atención a las leyes
que gobiernan su organismo.
El período durante el cual los niños reciben su alimentación de
la madre es decisivo. Muchas madres, mientras amamantaban a sus
hijos, se han visto obligadas a trabajar en exceso y a afiebrar su
sangre en la cocina; y esto ha afectado seriamente al lactante, no
sólo mediante un alimento afiebrado del pecho materno; también su
sangre ha sido envenenada por el régimen alimenticio perjudicial
de la madre que ha afiebrado todo su organismo y por lo tanto ha
afectado el alimento que recibe el niño. El niño también será afectado
por el estado mental de la madre. Si ella se siente infeliz, si se altera
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fácilmente, si es irritable y si tiene arranques de ira, el alimento que el
niño reciba de su madre estará inflamado, y con frecuencia producirá
cólicos y espasmos, y en algunos casos provocará convulsiones y
accesos.
También el carácter del niño es afectado en mayor o menor
grado por la naturaleza del alimento que recibe de la madre. Cuán
importante es entonces que la madre, mientras alimenta al hijo,
mantenga un estado de felicidad mental y controle perfectamente
su espíritu. Al hacer esto no perjudicará el alimento del niño, y el
trato calmado y sereno que la madre dará a su hijo contribuirá en