Página 485 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Capítulo 5
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grado después de haber ingerido una comida. La costumbre de
vestir a los niños a la moda, para ser admirados por las visitas, es
muy perjudicial para ellos. Se les prepara la ropa con todo ingenio
para hacérselos sentir lamentablemente incómodos, y el pequeño
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a menudo siente más desasosiego al pasar de unos brazos a otros
y al ser acariciado por todos. Pero hay un mal mayor que los que
hemos mencionado. Se expone a la criatura al aire viciado por la
respiración de muchas personas, sin tomar en cuenta que esto es muy
perjudicial hasta para los pulmones de los adultos. Los pulmones
de la criatura sufren y se enferman por respirar la atmósfera de
una habitación envenenada por el aliento corrompido de los que
usan tabaco. Muchos niños son intoxicados irremediablemente al
dormir en una misma cama con sus padres que usan tabaco. Al
respirar las emanaciones que salen de los pulmones y de los poros
de la piel, el organismo del niño se llena con el veneno. Mientras
sobre algunos obra como un tóxico lento y afecta el cerebro, el
corazón, el hígado y los pulmones, y como resultado de esto los
niños se consumen y se debilitan gradualmente, sobre otros ejerce
una influencia más directa causándoles espasmos, accesos, parálisis
y muerte repentina. Los afligidos padres se lamentan a causa de
la muerte de sus seres queridos y se extrañan de los inescrutables
designios de Dios que los han afligido tan cruelmente, cuando en
realidad la Providencia no tenía el propósito de que esos niños
murieran. Murieron como mártires de la corrompida apetencia por
el tabaco. Los padres matan por ignorancia, pero no por eso menos
efectivamente, a sus hijos pequeños con ese repugnante veneno.
Cada exhalación de los pulmones del esclavo del tabaco envenena el
aire en torno a él. Los niños deberían mantenerse libres de todo lo
que excite el sistema nervioso, y cuando están despiertos o dormidos,
en el día o en la noche, deberían respirar en una atmósfera pura,
limpia, saludable y libre de toda contaminación tóxica.
Otra gran causa de mortalidad de los niños y de los jóvenes es la
costumbre de dejarles los brazos y los hombros desnudos. Ninguna
censura es demasido severa para esta moda. Ha costado la vida
a miles. El aire que baña los brazos y las piernas, y que circula
alrededor de las axilas, enfría estas partes sensibles del cuerpo tan
cercanas a los órganos vitales y estorba la circulación saludable de
la sangre produciendo enfermedad, especialmente de los pulmones