Página 93 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

Señales inequívocas que caracterizan a las enseñanzas erróneas
89
de reproche dados a sus hermanos que han errado en algunas cosas?
“¡Oh, consecuencia, tú eres una joya!”—
Carta 11, 1890
.
Uso debido e indebido de los consejos inspirado
Hermano mío, Ud. se ha engañado y ha engañado a otros. No ha
investigado las Escrituras en la forma debida. Debe escudriñarlas
para conocer los pensamientos de Dios, y no para probar su teo-
ría. Ud. lee la Palabra de Dios a la luz de sus propios conceptos.
Levanta una estructura falsa, y luego la llena con pasajes bíblicos
que supuestamente prueban que es verdadera. Ud. dice: “La Biblia
es el fundamento de mi fe”. ¿Pero lo es en realidad? Contesto: La
Biblia no respalda su posición. Nuevamente Ud. dice: “Demués-
treme mediante la Biblia que estoy equivocado, y abandonaré mis
[94]
ideas”. ¿Pero cómo puede Ud. ser convencido por la Biblia, mientras
desfigure y aplique equívocamente sus declaraciones? En esta forma
Ud. interrumpe la única fuente mediante la cual Dios podría llegar
hasta Ud. y convencerlo.
La única forma válida de investigar las Escrituras consiste en
deponer todo prejuicio, toda opinión preconcebida, al comienzo
mismo de la investigación, y luego iniciar el trabajo buscando la
gloria de Dios, teniendo el entendimiento accesible a la convicción
y el corazón enternecido para creer lo que el Señor le dice.
Las opiniones de los hombres concernientes a la interpretación
de las Escrituras son muchas y diversas; pero las Escrituras no
cambian para acomodarse a las ideas de los hombres. El Libro
bendito constituye el sí y el amén; permanece firme y eterno. Los
comentarios de los hombres no concuerdan entre sí, pero los hechos
grandiosos y benditos permanecen inalterables. La Palabra de Dios
es inmutable; “escrito está”.
Ud. también ha sacado de su contexto porciones de los testi-
monios que el Señor ha dado para beneficio de su pueblo, y los ha
aplicado mal para apoyar sus teorías erróneas; se ha apropiado de la
luz del cielo, o la ha robado, para enseñar aquello que no armoniza
con los testimonios, lo que éstos siempre han condenado. De este
modo Ud. coloca el texto bíblico y el testimonio en el marco del
error. Todos los que están en el error hacen como Ud. ha hecho...
Dirigido al Sr. Garmire.—
Los Compiladores
.