Página 383 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La sensualidad en los jóvenes
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la desventaja de no complacer el gusto. El Señor ha hecho brillar
su luz sobre nosotros en estos últimos días, a fin de que en alguna
medida puedan disiparse la lobreguez y oscuridad que se han estado
acumulando en las generaciones pasadas por causa de la complacen-
cia en el pecado, y pueda disminuirse la secuela de males que son el
resultado de la intemperancia en el comer y el beber.
El Señor en su sabiduría planeó guiar a su pueblo a una posición
tal que estuviera separado del mundo en espíritu y práctica, para que
sus hijos no pudieran ser arrastrados tan fácilmente a la idolatría ni
se mancharan con las predominantes corrupciones de esta era. Es el
designio de Dios que los padres creyentes y sus hijos se destaquen
como representantes vivientes de Cristo, candidatos para la vida
eterna. Todos los que son partícipes de la naturaleza divina esca-
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parán a la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia.
Es imposible para los que son complacientes con el apetito lograr
la perfección cristiana. No podéis despertar la conciencia moral
de vuestros hijos mientras no seáis cuidadosos en la selección de
sus alimentos. Las mesas que los padres habitualmente preparan
para sus hijos son una trampa para ellos. Su régimen no es sencillo,
y no está preparado de una manera saludable. Los alimentos son
frecuentemente condimentados e irritantes y así tienden a inflamar y
excitar las tiernas membranas del estómago. Las propensiones ani-
males se fortalecen y predominan, mientras las capacidades morales
e intelectuales se debilitan y llegan a supeditarse a los instintos más
bajos. Debierais estudiar cómo preparar un régimen sencillo pero
nutritivo. Las carnes y las tortas y pasteles condimentados prepara-
dos con cualquier tipo de especias, no constituyen el régimen más
saludable y alimenticio. No debierais colocar huevos sobre vues-
tras mesas
Son perjudiciales para vuestros hijos. Las frutas y los
cereales, preparados en la forma más sencilla, son los alimentos
más saludables, nutrirán el cuerpo de la mejor manera y, al mismo
tiempo, no menoscabarán el intelecto.
La regularidad en las comidas es muy importante para la salud
del cuerpo y la serenidad de la mente. Vuestros hijos debieran comer
sólo en las comidas regulares. No se les debiera permitir apartarse
de esta regla fija. Cuando usted misma, hermana E, está ausente
Véase el Apéndice.