Página 566 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
Tomé la preciosa Biblia y la rodeé con varios
Testimonios para
la Iglesia,
dados al pueblo de Dios. Dije: aquí se tratan casi todos
los casos. Se señalan los pecados que deben evitar. El consejo que
desean se puede encontrar aquí, dado para otros casos similares al
de ellos. Dios se ha complacido en darles renglón tras renglón y
precepto tras precepto. Pero no hay muchos de ustedes que realmen-
te sepan lo que contienen los
Testimonios
. No están familiarizados
con las Escrituras. Si hubieran estudiado la Palabra de Dios, con un
deseo de alcanzar la norma bíblica y lograr la perfección cristiana,
no habrían necesitado los
Testimonios
. Es porque han descuidado
el conocimiento del Libro inspirado por Dios, por lo que él ha in-
tentado alcanzarlos por medio de testimonios sencillos y directos,
llamando su atención a las palabras inspiradas que no han obedecido,
y urgiéndolos a armonizar su vida a sus puras y elevadas enseñanzas.
El Señor tiene el propósito de advertirnos, reprendernos, aconse-
jarnos por medio de los
Testimonios
que ha dado, y de impresionar
nuestra mente con la importancia de la verdad de su Palabra
El
deber del hombre hacia Dios y hacia sus semejantes ha sido clara-
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mente especificado en la Palabra de Dios; sin embargo sólo pocos
obedecen la luz dada. No se ha provisto una verdad adicional; y
Dios, por medio de los
Testimonios,
ha simplificado las grandes
verdades ya presentadas, y de un modo que él mismo ha elegido las
ha expuesto ante el pueblo para despertar e impresionar su mente
con ellas, de modo que nadie tenga excusa.
El orgullo, el amor propio, el egoísmo, el odio y los celos han
oscurecido las facultades de percepción, y la verdad, que os haría
sabios para la salvación, ha perdido su poder de atraer y controlar la
mente. Los más esenciales principios de la piedad no se comprenden,
porque no se siente hambre y sed por el conocimiento bíblico, por
la pureza de corazón y por la santidad de vida. Los
Testimonios
no
son para disminuir la Palabra de Dios, sino para exaltarla, y atraer
las mentes a ella, para que la hermosa sencillez de la verdad pueda
impresionar a todos.
Seguí diciendo: Como la Palabra de Dios está amurallada en
estos libros y folletos, así Dios os ha amurallado con sus reprensio-
Los
Testimonios
escritos no son para dar nueva luz, sino para imprimir vívidamente
en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas.