Página 340 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
caron el trono de misericordia y humillaron sus almas delante de
Dios.
No muestren nuestras voces o nuestras plumas que desatendemos
los mandatos del Señor. No desprecie nadie a aquellos que han sido
escogidos por Dios, que han luchado varonilmente las batallas del
Señor, que han puesto corazón, alma y vida en la causa y la obra
de Dios, que han muerto en la fe, que son participantes de la gran
salvación comprada para nosotros por nuestro precioso Salvador que
lleva el pecado y que lo perdona.
No habléis de los errores de los vivos o de los muertos
—Dios
no ha inspirado a ningún hombre para que reprodujera sus errores,
y para presentar sus errores a un mundo que yace en las tinieblas,
y a una iglesia compuesta de muchos que son débiles en la fe. El
Señor no ha puesto sobre los hombres la preocupación de revivir
los errores de los vivos o de los muertos. El quiere que sus obreros
presenten la verdad para este tiempo. No habléis de los errores de
vuestros hermanos que viven; guardad silencio acerca de los errores
de los muertos.
Dejad que sus errores permanezcan donde Dios los ha puesto:
arrojados en la profundidad del mar. Cuanto menos digan los que
creen la verdad presente en cuanto a los pasados errores de los sier-
vos de Dios, mejor será para sus propias almas y para las de aquellos
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a quienes Cristo compró con su propia sangre. Proclame toda voz
las palabras del primero y el último, el Alfa y Omega, el comienzo y
fin. Juan escuchó una voz que decía: “Bienaventurados de aquí en
adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu,
descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.
Apocalipsis 14:13
.—
The Review and Herald, 30 de noviembre de
1897
[398]
[
Este consejo le fue enviado a un obrero que había publicado dos artículos en la
Review and Herald
(abril 3 y 10 de 1894) bajo el título: “Peligros de adoptar conceptos
extremos”.—
Los compiladores
.
]