Página 128 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
declaró “por su ángel a su siervo Juan”, cosas que deben suceder
antes del cierre de la historia de este mundo, y él quiere decir que
debemos llegar a ser entendidos respecto a ellas. No es en vano que
él declara: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de
esta profecía, y guardan las cosas en ellas escritas; porque el tiempo
está cerca”.
Apocalipsis 1:9, 10:1-3
. Esta es la educación que debe
darse pacientemente. Que nuestras lecciones sean apropiadas para
los días en que vivimos, y que nuestra instrucción religiosa sea dada
de acuerdo con el mensaje que Dios envía.
Tendremos que comparecer ante magistrados para dar razón de
nuestra lealtad a la ley de Dios, para dar a conocer los motivos de
nuestra fe; y los jóvenes debieran entender estas cosas. Debieran
estar al tanto de las cosas que acontecerán antes del fin de la historia
del mundo. Estas cosas tienen que ver con nuestro bienestar eterno,
y los maestros y alumnos deben prestarles más atención. Por voz y
pluma debe impartirse el conocimiento que será alimento a tiempo,
no sólo para los jóvenes, sino también para los de edad adulta.
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Estamos viviendo en las escenas finales de estos tiempos peligro-
sos. El Señor anticipó la incredulidad que ahora prevalece respecto
a su venida; y vez tras vez ha advertido en su Palabra que ese evento
será inesperado. El gran día vendrá como lazo “sobre todos los que
habitan sobre la faz de toda la tierra”.
Lucas 21:35
. Pero hay dos
clases de personas. A una de ellas el apóstol le dice estas palabras
animadoras: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para
que aquel día os sorprenda como ladrón”.
1 Tesalonicenses 5:4
.
Algunos estarán preparados cuando el esposo llegue, y entrarán con
él a la boda. ¡Cuán precioso es este pensamiento para los que están
esperando y velando por su venida! Cristo “amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado
en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a
sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni
cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”.
Efesios 5:25-27
.
Aquellos a quienes Dios ama gozan de este favor porque poseen un
carácter hermoso.
La importante y grandiosa obra de preparar un pueblo que posea
el carácter de Cristo y que pueda estar de pie en el día del Señor,
ha de llevarse a efecto. Mientras navegamos en la corriente del
mundo, no tenemos necesidad de vela ni de remo. En realidad, es al