Página 144 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
arrastrados por la corriente mundanal. Podemos permanecer firmes
solamente si nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. La
independencia moral es enteramente apropiada cuando se opone al
mundo. Cuando nos sometamos enteramente a la voluntad de Dios
estaremos en terreno ventajoso, y comprenderemos la necesidad
de separarnos definidamente de las costumbres y las prácticas del
mundo.
No debemos elevar nuestras normas un poco solamente sobre
las normas del mundo, sino que debemos hacer que la distinción sea
decididamente visible. La razón por la cual ejercemos tan escasa
influencia sobre nuestros familiares no creyentes, es porque hay muy
poca diferencia evidente entre nuestras prácticas y las del mundo.
Muchos maestros ajustan el alcance de sus mentes a un nivel
angosto y bajo. No mantienen siempre el plan divino a la vista, sino
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que fijan los ojos en modelos mundanos. Levantad vuestra vista,
“donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”, y trabajad entonces
para que vuestros alumnos puedan ser moldeados según su carácter
perfecto. Señalad a los jóvenes la escalera de siete peldaños de Pedro
y colocad sus pies, no en el peldaño más alto, sino en el más bajo, y
con esmerada solicitud, instadlos a subir hasta el último.
Cristo, quien une la tierra con el cielo, es la escalera. La base
está afirmada sobre la tierra en su humanidad; el peldaño más alto
llega hasta el trono de Dios en su divinidad. La humanidad de Cristo
cubre la humanidad caída, mientras su divinidad se sostiene del trono
de Dios. Somos salvados al subir la escalera peldaño tras peldaño,
mirando a Cristo, apoyándonos en Cristo, escalando paso a paso
hasta la estatura de Cristo, para que él sea hecho sabiduría, justicia,
santificación y redención en nosotros. Fe, virtud, conocimiento,
temperancia, paciencia, piedad, bondad fraternal y amor son los
peldaños de esta escalera. Todas estas virtudes deben manifestarse
en el carácter cristiano; “porque haciendo estas cosas, no caeréis
jamás”.
2 Pedro 1:10, 11
.
No es asunto fácil obtener el preciado tesoro de la vida eterna.
Nadie puede obtenerlo e ir a la deriva con la corriente del mundo.
Debe salir del mundo y mantenerse separado y no tocar lo inmundo.
Nadie puede actuar como un mundano sin ser arrastrado por la
corriente del mundo. Nadie logrará un progreso ascendente sin
esfuerzo perseverante. El que quiere vencer debe mantenerse asido