Página 146 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

142
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
6:8; 7:18
. “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras
de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo”. “Aprended a hacer
el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al
huérfano, amparad a la viuda”.
Isaías 1:16, 17
.
Estas son palabras de Dios para nosotros. El pasado está conte-
nido en el libro donde todas las cosas están escritas. No podemos
[154]
borrar el registro; pero si elegimos aprender esas cosas, el pasado nos
enseñará sus lecciones. Cuando adoptamos el pasado como nues-
tro instructor, podremos también hacerlo nuestro amigo. Cuando
traemos a la mente lo que en el pasado ha sido desagradable, que
ello nos enseñe a no repetir el mismo error. Que en el futuro no
se registre nada que con el tiempo cause tristeza alguna, llena de
remordimiento.
Podemos evitar una mala actuación ahora. Escribimos nuestra
historia diariamente. El ayer está más allá de nuestra posibilidad de
enmendarlo o controlarlo; hoy es lo único que nos pertenece. Por lo
tanto, no entristezcamos hoy el Espíritu de Dios, pues, mañana tal
vez no podamos recordar lo que hemos hecho. Hoy será entonces
como si fuera el día de mañana.
Procuremos seguir el consejo de Dios en todas las cosas, porque
él es infinito en sabiduría. Aunque en el pasado no hicimos lo que
debíamos por nuestros niños y jóvenes, arrepintámonos ahora y
redimamos el tiempo. El Señor dice: “Si vuestros pecados fueren
como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos
como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis
y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis
rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha
dicho”.
Isaías 1:18-20
. El mensaje que dice “Avanzad”, debe oírse
aún y repetirse. Los diversos acontecimientos extraños que están
sucediendo en el mundo requieren que se trabaje par confrontarlos.
El Señor necesita personas espiritualmente inteligentes y de clara
visión, que estén ciertamente recibiendo maná fresco del cielo. El
Espíritu Santo trabaja en los corazones de tales personas, y Palabra
de Dios refleja luz a la mente y revela como nunca antes la verdadera
sabiduría.
* * * * *