Página 152 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
ideas y métodos por largo tiempo acariciados; con todo, si quieren,
sincera y humildemente, preguntarse a cada paso: ¿Es éste el camino
del Señor? Y se entregan a su dirección, él los conducirá a medida
que vayan adquiriendo experiencia.
Los maestros de nuestras escuelas tienen necesidad de escudriñar
las Escrituras hasta que las comprendan individualmente; abriendo
sus corazones a los preciosos rayos de luz que Dios ha dado, y an-
dando en su luz. Entonces serán enseñados por Dios y trabajarán
de modo enteramente diferente, mezclando con sus enseñanzas me-
nos de las teorías y sentimientos de hombres que jamás estuvieron
en unión con Dios. Honrarán mucho menos la sabiduría finita, y
sentirán en el alma un hambre profunda por aquella sabiduría que
procede de Dios.
A la pregunta formulada por Jesús a los doce: “¿Queréis acaso
iros también vosotros?” Pedro contestó: “Señor, ¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creido y conocemos
que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente”
Juan 6:67-69
. Si
los maestros entrelazan estas palabras con la labor de sus aulas, el
Espíritu Santo estará presente para efectuar su obra sobre las mentes
y los corazones.
La obra del maestro
Los maestros deben colaborar con Dios para promover y efectuar
la obra que Cristo, por su propio ejemplo, les ha enseñado a realizar.
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Deben ser, en verdad, la luz del mundo, porque revelan los agradables
atributos revelados en el carácter y la obra de Cristo: atributos que
enriquecerán y embellecerán sus propias vidas como discípulos de
Cristo.
¡Qué solemne, sagrado, e importante es el esfuerzo para exponer
el carácter de Cristo y su Espíritu ante nuestro mundo! Éste es el
privilegio de cada director y maestro conectados con él en la obra
de educar, entrenar y disciplinar las mentes de los jóvenes. Todos
necesitan estar bajo la inspiración, la segura convicción de que están
llevando realmente el yugo de Cristo y transportando su carga.
Habrá pruebas en esta obra; el desánimo abrumará a los maes-
tros cuando vean que sus obras no son siempre apreciadas. Satanás
ejercerá su poder sobre ellos mediante tentaciones, desánimos, aflic-