Carácter y obra de los maestros
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ciones por enfermedades físicas; esperando poder hacerlos murmurar
contra Dios y cerrar su entendimiento a su bondad, misericordia y
amor. El excelente peso de gloria que será la recompensa del vence-
dor. Pero Dios dirige estas almas para que adquieran una confianza
más perfecta en su Padre celestial. Su ojo está sobre ellos cada
momento; y si ellos claman ante él con fe, y si le rinden sus almas
en su incertidumbre, el Señor los presentará como oro afinado. El
Señor Jesús ha dicho: “No te desampararé, ni te dejaré”.
Hebreos
13:5
. Dios permitirá que una serie de circunstancias los induzca
a huir en busca de la Fortaleza, y avanzar por fe hacia el trono de
Dios en medio de nubes de oscuridad; porque aun aquí, su presencia
está velada. Pero Dios está siempre listo para liberar a todos los que
confían en él: “Aunque él me matare, en él esperaré”.
Job 13:15
.
“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque
falte el producto del olivo, y los labradores no den mantenimiento, y
las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales;
con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi
salvación”.
Habacuc 3:17, 18
.
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Un llamado personal
Suplico a los maestros que trabajan en nuestras instituciones
educativas que no permitan que retrocedan el celo y el ardor reli-
gioso. Que no se haga ningún movimiento de retroceso, sino que
vuestra consigna sea: “Avanzad”. Nuestras escuelas deben elevarse
hacia un plano de acción más prominente; hay que tener perspectivas
más amplias; hay que manifestar una fe más fuerte y más profunda
piedad; Palabra de Dios debe ser raíz y rama de toda sabiduría y
realizaciones intelectuales. Cuando el poder transformador de Dios
se apodere de ellos, comprenderán que el conocimiento de Dios
cubre un campo mucho más amplio que los así llamados “méto-
dos avanzados” de educación. En toda la educación impartida, los
educadores deben recordar las palabras de Cristo: “Vosotros sois
la luz del mundo”.
Mateo 5:14
. Cuando lo recuerden, entonces no
experimentarán tantas dificultades en la preparación de misioneros
que saldrán a impartir sus conocimientos a otros.
Hemos recibido toda la capacitación necesaria y las facilidades
requeridas para cumplir las responsabilidades que recaen sobre noso-