Página 172 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
El trabajar la tierra es una de las mejores ocupaciones, algo que
pone en actividad a los músculos y da reposo a la mente. El estu-
dio en materia de agricultura debe ser el ABC de la educación en
nuestras escuelas. Esta es precisamente la primera tarea que debiera
iniciarse. Nuestras escuelas no debieran depender de la adquisición
de productos importados en lo que se refiere a cereales, verduras y
frutas, que tan esenciales son para la salud. Nuestros jóvenes deber
ser instruidos en el desmonte de terrenos y en la labranza de la tierra
tanto como en los asuntos literarios. Varios maestros debieran ser
elegidos para vigilar a determinado número de alumnos en su trabajo
y trabajar con ellos. De este modo los mismos maestros aprenderán
responsabilidades como supervisores. Los alumnos capaces debieran
ser enseñados también a llevar responsabilidades y a ser colabora-
dores de los maestros. Todos debieran efectuar planes juntos para
encontrar los mejores métodos de llevar adelante el trabajo.
El tiempo es demasiado corto ahora para lograr lo que pudo
haberse hecho en generaciones pasadas. Pero aún en estos últimos
días podemos hacer mucho para corregir los males existentes en la
educación de la juventud. Y porque el tiempo es corto, debemos ser
diligentes y trabajar celosamente para dar a los jóvenes una educa-
ción consecuente con su fe. Somos reformadores. Deseamos que
nuestros hijos estudien para ser la mejor prerrogativa. A fin de lograr
esto, debiera empleárseles en aquello que les ayude a ejercitar los
músculos. El trabajo sistemático diario debe constituir una parte de
la educación de la juventud aun en esta hora avanzada. Mucho puede
lograrse ahora de esta manera. Siguiendo este plan, los estudiantes
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obtendrán elasticidad de espíritu y fuerza de pensamiento, y en un
momento dado pueden lograr más labor mental que la que obten-
drían por solamente el estudio. Así pueden salir de la escuela con
una constitución no debilitada, con fuerza y ánimo para perseverar
en cualquier posición donde la providencia de Dios los coloque.
* * * * *
El ejercicio que enseña a la mano a ser útil, y disciplina al joven
para llevar la parte que le toca de las cargas de la vida, proporciona
fuerza física y desarrolla cada facultad. Todos debieran buscar algo
que hacer que sea beneficioso para sí mismos y para otros. Dios