Página 202 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
un gran número de alumnos y familias, mayor que el aconsejado por
la prudencia. Si los dos tercios de las personas que viven en Battle
Creek fueran testigos del Señor en otras localidades, tendrían un
mayor espacio para crecer. Se habrían visto mejores resultados si
una parte del tiempo y de la energía dedicados a mantener en buenas
condiciones higiénicas la gran institución de Battle Creek se hubiese
empleado en colegios de otras localidades donde hay espacio para
llevar a cabo trabajos agrícolas que podrían incorporarse como una
parte de la misma educación. Si hubiese habido voluntad para seguir
los caminos del Señor y sus planes, muchos establecimientos estarían
ahora desarrollándose en otros lugares. Vez tras vez nos ha llegado
la palabra del Señor diciéndonos que debieran levantarse templos y
colegios en otras localidades, que había ya un número excesivo de
instituciones en un solo lugar. La instrucción dada es: salga la gente
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de los grandes centros y establezca facilidades en otros lugares.
Si se hubiese prestado oído a esta instrucción, si hubiese habido
una distribución de medios y facilidades, el dinero empleado en
los edificios adicionales del colegio de Battle Creek habría servido
sobradamente para dos nuevos edificios en otras localidades. Así
el árbol habría crecido y llevado fruto en una forma que no ha sido
posible porque los hombres prefirieron seguir su propia sabiduría.
Nuestros hermanos dicen que de parte de pastores y padres lle-
gan informes y solicitudes suplicantes acerca de que veintenas de
jóvenes de la iglesia necesitan los beneficios de nuestras escuelas
preparatorias y no pueden asistir a menos que el costo de la enseñan-
za sea más bajo. Pero quienes abogan por precios reducidos debieran
pesar con cuidado el asunto en todas sus dimensiones. Si los alum-
nos no pueden disponer por sí mismos de medios suficientes para
pagar los gastos reales de un buen trabajo para su educación, ¿no es
mejor que sus padres, sus amigos, las iglesias a que pertenecen, o
algunos hermanos generosos de su asociación les ayuden, en vez de
dejar que se acumule una deuda sobre la escuela? Será mucho mejor
que los numerosos alumnos de la institución compartan los gastos, y
no que la escuela funcione con deudas.
Se han de idear métodos para impedir la acumulación de deudas
sobre nuestras instituciones. No debe hacerse sufrir a la causa entera
por deudas que no se cancelarán, a menos que haya un cambio
completo y la obra se rija por principios diferentes. Que todos los