Página 204 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
Cómo enseñar la confianza en sí mismo
Por precepto y ejemplo enseñad la abnegación, la economía, la
generosidad y la autosuficiencia. Todo aquel que posea un carácter
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firme estará capacitado para hacer frente a las dificultades y listo
para obedecer un “Así dice Jehová”. La gente no está preparada para
comprender su obligación con Dios hasta no haber aprendido en la
escuela de Cristo a llevar su yugo de restricción y obediencia. El
sacrificio se encuentra en el comienzo mismo de nuestra obra de
hacer progresar la verdad y de establecer instituciones. Es una parte
esencial de la educación. El sacrificio debe llegar a ser habitual en
la formación de nuestro carácter en esta vida, si queremos tener un
edificio no hecho con manos; eterno, en los cielos.
Las ideas erróneas relativas al uso del dinero exponen a los jóve-
nes a muchos peligros. No se los debe mantener ni suministrárseles
dinero como si hubiese una provisión inagotable de la cual pueden
hacer retiros para satisfacer cualquier necesidad imaginaria. Se ha
de considerar al dinero como un don que Dios nos ha confiado para
llevar a cabo su obra, para establecer su reino; y los jóvenes de-
ben aprender a poner freno a sus deseos. Enseñad que nadie debe
corromper sus facultades por la complacencia y satisfacción de sí
mismo. Aquellos a quienes Dios ha dotado de aptitudes para obtener
recursos, tienen hacia él la obligación de emplear dichos recursos,
mediante la sabiduría que el cielo les imparta; para gloria de su
nombre. Cada centavo gastado en la complacencia de sí mismo, o
entregado a determinados amigos que lo gastarán para satisfacer
su orgullo y egoísmo; es algo substraído a la tesorería de Dios. El
dinero gastado en atavíos destinados a realzar la figura debiera ha-
berse usado para hacer progresar la causa de Dios en lugares nuevos.
¡Oh, que Dios le conceda a todos un verdadero concepto de lo que
significa ser cristiano! Es algo que significa ser semejante a Cristo,
y Cristo no vivió para complacerse a sí mismo.
Deberes de nuestras asociaciones
Nuestras asociaciones dirigen su mirada a nuestros colegios en
busca de obreros educados y bien preparados, por lo que debieran
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prestar a dichos colegios el auxilio más generoso e inteligente. Se