Página 22 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
pueblo de Dios. Él desea que todas estas cosas sean símbolos de
lo que se puede hacer a favor del mundo. Deben ser ejemplos del
poder salvador de las verdades del Evangelio. Son instrumentos en
el cumplimiento del gran propósito de Dios para la humanidad.
* * * * *
Los hijos de Dios deben ser conductos para la manifestación de
la más elevada influencia del universo. En la visión de Zacarías, se
nos presentan dos olivos que están delante de Dios de los cuales
fluye el áureo aceite por tubos de oro hacia el depósito del santuario.
Este aceite alimenta las lámparas del santuario, para que emitan de
manera continua una luz brillante y resplandeciente. Así también
mediante los santos ungidos que están en la presencia de Dios se
imparte a su pueblo la plenitud de la luz divina, del amor y del poder,
para que puedan comunicar a sus semejantes luz, gozo y refrigerio.
Deben ser como conductos mediante los cuales los instrumentos
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divinos comuniquen al mundo la corriente del amor de Dios.
El plan que Dios se propone llevar a cabo hoy mediante su
pueblo, es el mismo que deseaba llevar a cabo mediante Israel cuando
lo sacó de Egipto. Contemplando la bondad, la misericordia, la
justicia y el amor de Dios revelados en la iglesia, el mundo ha
de obtener una representación de su carácter. Y cuando la ley de
Dios quede así manifestada en su vida, el mundo reconocerá la
superioridad de los que aman, temen y sirven a Dios por encima de
todos los demás habitantes de la tierra.
Los ojos del Señor observan a cada uno de sus hijos; él tiene
planes para cada uno de ellos. Él se propone que quienes practiquen
sus santos preceptos constituyan un pueblo distinguido. Al pueblo
de Dios de este tiempo, tanto como al antiguo Israel, se le aplican las
palabras que Moisés escribió por inspiración del Espíritu: “Porque tú
eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido
para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están
sobre la tierra”. “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos,
como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de
la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos,
pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos