Página 221 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La obra del médico en favor de la gente
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Cuando pasó la crisis y el paciente está fuera de peligro, sea
este creyente o incrédulo, pásense algunos momentos con él en
oración. Presentad a Dios vuestro agradecimiento porque la vida
del paciente fue conservada. El médico que sigue una conducta tal,
lleva a su paciente a Aquel de quien depende la vida. El paciente
puede expresar palabras de gratitud al médico porque, Dios mediante,
ambas vidas fueron ligadas; pero sean la alabanza y la gratitud dadas
a Dios, porque él está presente aunque invisible.
En el lecho de la enfermedad, el paciente a menudo acepta y
confiesa a Cristo; y esto sucederá con más frecuencia en el futuro de
lo que ha sucedido en lo pasado; porque el Señor hará obra abreviada
en nuestro mundo. Los labios del médico deben pronunciar pala-
bras de sabiduría y Cristo regará la semilla sembrada, haciéndola
fructificar para vida eterna.
Perdemos las oportunidades más preciosas cuando no hablamos
oportunamente. Con demasiada frecuencia, un talento precioso que
debiera multiplicarse mil veces permanece sin usar. Si no estamos
atentos, la oportunidad de oro pasará. En tal caso el médico permitió
que algo le impidiera hacer la obra encomendada como ministro de
la rectitud.
No hay demasiados médicos piadosos que sirvan en su profesión.
Hay mucha obra que hacer, por eso los pastores y los médicos deben
trabajar perfectamente unidos. Lucas, el escritor del evangelio que
lleva su nombre, es llamado “el médico amado”, y los que hacen
una obra similar a la suya están viviendo el Evangelio.
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Incontables son las oportunidades del médico para amonestar
al impenitente, alentar al desconsolado y desesperado, y aconsejar
sobre la salud mental y física. Mientras instruye a la gente en los
principios de la verdadera temperancia, y como guardián de las
almas aconseja a los que están enfermos de la mente y el cuerpo, el
médico desempeña su parte en la gran obra de preparar a un pueblo
para el Señor. Esto es lo que la obra médica misionera ha de realizar
en relación con el mensaje del tercer ángel.
Los pastores y los médicos han de obrar armoniosamente y con
fervor para salvar a las almas que están enredadas en las trampas
de Satanás. Han de dirigir a hombres y mujeres a Jesús, su justicia,
su fortaleza y el resplandor de su semblante. Continuamente han de
velar por las almas. Hay quienes tienen fuertes tentaciones y corren