Página 234 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

230
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo
11:28-30
. ¿Por qué es fácil el yugo de Cristo y ligera su carga?
Porque él llevó el peso de ella sobre la cruz del Calvario.
La religión personal es indispensable para todo médico, si quiere
tener éxito en la atención de los enfermos. Necesita un poder mayor
que su propia intuición y habilidad. Dios desea que los médicos se
unan con él y sepan que cada persona es valiosa ante su vista. El
que depende de Dios y comprende que únicamente el Creador del
hombre sabe cómo dirigir, no fracasará en su tarea como sanador
de las enfermedades corporales, o como médico de las almas por
quienes Cristo murió.
El que lleva la pesada responsabilidad de médico necesita las
oraciones del ministro del Evangelio, y debiera estar conectado con
su alma, mente y cuerpo con las verdades de Dios. Entonces podrá
decir palabras adecuadas al atribulado. Podrá velar por las almas
[251]
como alguien que sabe que tendrá que rendir cuenta. Podrá presentar
a Cristo como el camino, la verdad y la vida. La Escritura aparecerá
con claridad ante su mente y hablará como alguien que conoce el
valor de las almas con las cuales trata.
Conformidad con el mundo
El Señor Jesús ha dicho: “Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.
Lucas 9:23
.
Las palabras de Jesús impresionaron las mentes de sus oyentes.
Muchos de ellos, aunque no comprendían claramente su instrucción,
fueron inducidos por profunda convicción a decir: “¡Jamás hombre
alguno ha hablado como este hombre!”
Juan 7:46
. Los discípulos
no siempre entendían las lecciones que Cristo deseaba comunicar
por medio de parábolas, y cuando la multitud se retiraba, le pedían
que explicara sus palabras. Él estuvo siempre dispuesto a guiarlos
a un perfecto entendimiento de su palabra y su voluntad; porque
por medio de ellos, la verdad debía salir al mundo en forma clara y
comprensible.
A veces Jesús reprochaba a sus discípulos por causa de su lenti-
tud para comprender. Puso a su alcance verdades cuyo valor ellos
no sospechaban. Había estado con ellos largo tiempo y les había
dado lecciones sobre la verdad divina; pero su educación religiosa