Página 248 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
hambrientos, además de las mujeres y los niños, con tan escasas pro-
visiones. Pero Jesús dio gracias y puso los alimentos en las manos de
los discípulos, para que los distribuyesen. A medida que lo repartían,
el alimento se multiplicaba en sus manos. Después que la multitud
fue alimentada los discípulos mismos se sentaron y comieron con
Cristo de la provisión impartida por el cielo. Esta es una lección
preciosa para cada uno de los que siguen a Cristo.
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La religión pura y sin mancha consiste en “visitar a los huérfa-
nos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del
mundo”.
Santiago 1:27
. Los miembros de nuestras iglesias tienen
mucha necesidad de conocer la piedad práctica. Necesitan practicar
la abnegación y el sacrificio propio. Necesitan mostrar al mundo
evidencias de que son semejantes a Cristo. Por lo tanto, la obra que
él requiere de ellos no deben hacerla en su nombre otras personas;
ni debe delegarse a alguna comisión o institución la responsabilidad
que ellos mismos deben cumplir. Deben llegar a ser semejantes a
Cristo en carácter, dando de sus recursos y de su tiempo, su simpatía,
y su esfuerzo personal, para ayudar a los enfermos, consolar a los
afligidos, socorrer a los pobres, animar a los desalentados, iluminar
a los que están en las tinieblas, dirigir a los pecadores a Cristo, y
grabar en los corazones la necesidad de obedecer la ley de Dios.
La gente está observando y evaluando a los que dicen creer las
verdades especiales para este tiempo para determinar si con su vida
y conducta representan a Cristo. Si el pueblo de Dios se dedica
humilde y fervientemente a la obra de hacer bien a todos, ejercerá
una influencia que se sentirá en toda aldea y ciudad donde penetró
la verdad. Si los que conocen la verdad practican sus principios
a medida que se les presenta la oportunidad, y si hacen cada día
pequeños actos de amor donde viven, sus vecinos conocerán a Cristo.
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El evangelio será revelado como poder vivo, y no como fábulas por
arte compuestas o especulaciones inútiles. Se revelará como una
realidad, no como el resultado de la imaginación o el entusiasmo.
Esto tendrá mayores consecuencias que los sermones, la profesión
de fe o los credos.
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