La necesidad de la iglesia
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Satanás está poniendo en juego su reputación para apoderarse
de cada alma. Sabe que la compasión es una prueba de la pureza y
de la abnegación del corazón, por lo cual hará todo esfuerzo posible
para cerrar el corazón a las necesidades ajenas, y lograr que seamos
insensibles al dolor. Recurrirá a muchas estratagemas para anular las
muestras de amor y simpatía. Así fue como arruinó a Judas, quien
solapadamente hacía planes para su propio beneficio. El traidor
representa a un numeroso grupo de los que actualmente profesan ser
cristianos; por lo tanto, necesitamos estudiar su caso. Estamos tan
cerca de Cristo como él lo estaba. Sin embargo, si, como sucedió
con Judas, la asociación con Cristo no nos hace uno con él, si no
despierta en nuestro corazón una simpatía sincera hacia las personas
por quienes Cristo dio su vida, corremos como Judas, el peligro de
quedar separados de Cristo y de ser objeto de las tentaciones de
Satanás.
Necesitamos protegernos contra la primera desviación de la
rectitud; una desobediencia, un descuido en el deber de manifestar
el espíritu de Cristo, pueden abrir la puerta a repetidos extravíos,
hasta el punto en que la mente es dominada por los principios del
enemigo. Si se cultiva un espíritu de egoísmo, esto se convierte en
una pasión devoradora que nada fuera del poder de Cristo puede
subyugar.
El mensaje de Isaías 58
No puedo instar demasiado a todos los miembros de nuestras
iglesias, a los que son verdaderos misioneros, a los que creen el
mensaje del tercer ángel, a los que respetan la santidad del sábado;
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para que consideren el mensaje del capítulo 58 de Isaías. La obra
de beneficencia ordenada en dicho capítulo es la que Dios requiere
que su pueblo haga en este tiempo. Es una obra señalada por él. No
nos deja en dudas en cuanto al lugar donde se aplica el mensaje, y
al tiempo de su cumplimiento, porque leemos: “Y los tuyos edifi-
carán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación
levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de
calzadas para habitar”
vers. 12
. El monumento recordativo de Dios,
el sábado o séptimo día, recordativo de la obra que hizo al crear el
mundo, ha sido desplazado por el hombre de pecado. El pueblo de