Página 251 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La necesidad de la iglesia
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obra de ayudar a otros es un medio para lograrlo, porque el Espíritu
Santo se comunica con todos los que prestan servicio a Dios.
A los que se han dedicado a esta obra quiero decir: Continuad
trabajando con tacto y habilidad. Animad a vuestros compañeros
para que trabajen con algún grupo organizado para colaborar ar-
moniosamente. Conseguid que trabajen los jóvenes y las señoritas
de las iglesias. Combinad la obra médica misionera con la procla-
mación del mensaje del tercer ángel. Haced esfuerzos metódicos
y organizados para sacar a los miembros de la iglesia del nivel de
inactividad en que han estado durante años. Enviad a las iglesias
obreros que vivan de acuerdo con los principios de la reforma pro
salud y que comprendan la necesidad de dominar el apetito, pues
de lo contrario serán una trampa para la iglesia. Ved si entonces
no penetrará el aliento de vida en nuestras iglesias. Es necesario
introducir un nuevo elemento en la obra. El pueblo de Dios debe
comprender su gran necesidad y peligro, y hacer la obra que tenga
más a mano.
El Salvador acompaña siempre a quienes se dedican a esta obra,
hablando a tiempo y fuera de tiempo, ayudando a los menesterosos
y hablando del amor maravilloso de Cristo hacia ellos. El Salvador
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impresionará los corazones de los pobres, los miserables y los afli-
gidos. Cuando la iglesia acepte la obra que Dios le encomendó, se
cumplirá la promesa: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu
salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la
gloria de Jehová será tu retaguardia”.
Isaías 58:8
. Cristo es nuestra
justicia; él va delante de nosotros en esta obra, y la gloria del Señor
la sigue.
Todo lo que el cielo contiene, espera ser usado por quien quiera
trabajar en las filas de Cristo. En la medida en que los miembros
de nuestras iglesias realicen individualmente la obra que les ha si-
do asignada, se verán rodeados por una atmósfera completamente
diferente. Sus labores irán acompañadas de bendición y poder. Ex-
perimentarán un refinamiento superior de la mente y del corazón.
Quedará vencido el egoísmo que aprisionó sus almas. Su fe será un
principio vivo. Sus oraciones serán más fervientes. La influencia
vivificadora y santificadora del Espíritu Santo se derramará sobre
ellos, y se sentirán más cerca del reino de los cielos.