Página 282 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
estar listos a fin de distinguir a los que aprecian los asuntos relacio-
nados con la vida espiritual, a los que tienen tacto y habilidad para
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velar por la gente y atenderla en su necesidad, como responsables
de ella delante de Dios. También debieran ayudar a organizar las
fuerzas de trabajo de la iglesia, para que hombres, mujeres y jóvenes
de diferentes temperamentos, en distintas vocaciones y posiciones,
se responsabilicen de la obra que debe hacerse, usando los talentos
que Dios les dio en el servicio del Maestro.
Nuestras ideas acerca de la generosidad cristiana deben ponerse
en práctica si deseamos que aumenten. El trabajo práctico logrará
mucho más que los sermones. Las ideas de nuestros pastores deben
conocerse, y basados en una genuina experiencia personal, debieran
pronunciar palabras que despierten las energías adormecidas del
pueblo. Por medio de una relación cotidiana con Dios, debieran
obtener una visión más profunda dentro de su propia vida y la de
otras personas, estrechando así el círculo de influencia. De esta
manera serán colaboradores con Cristo, capaces de iluminar a otros
porque ellos mismos son portadores de luz.
* * * * *
A medida que los miembros de la iglesia refuercen su funda-
mento y aumenten su solidez afirmando sus almas en la Roca eterna,
a medida que aprendan a amar a Dios supremamente, aprenderán
también a amar a su prójimo como a sí mismos.
El poder de Dios se magnifica cuando el corazón humano es
tierno y sensible a las necesidades de otros, y compasivo con sus
sufrimientos. Los ángeles de Dios están listos para cooperar con
los agentes humanos para ministrar a la gente. Cuando el Espíritu
Santo obre en nuestros corazones y mentes, no rehuiremos deberes
ni responsabilidades, pasando de largo y dejando el alma herida e
indefensa librada a su propia miseria.
* * * * *
En consideración al valor que Cristo asigna a lo que ha comprado
con su sangre, adopta a los hombres como sus hijos, los hace objetos
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de su tierno cuidado, y para satisfacer sus necesidades temporales