Página 331 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La observancia del sábado
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principios de su gobierno. Pondrán diariamente en práctica las leyes
de su reino. Diariamente rogarán que la santificación del sábado
descanse sobre ellos. Cada día tendrán el compañerismo de Cristo y
ejemplificarán la perfección de su carácter. Cada día su luz brillará
para los demás en sus buenas obras.
En todo lo que pertenece al éxito de la obra de Dios, las primeras
victorias se deben ganar en el hogar. Allí debe empezar la prepara-
ción para el sábado. Recuerden los padres durante toda la semana
que su hogar debe ser una escuela en la cual sus hijos se prepararán
para los atrios celestiales. Sean correctas sus palabras. No escapen
de sus labios expresiones que sus hijos no debieran oír. Mantengan
su espíritu libre de irritación. Padres, vivid durante la semana como a
la vista de un Dios santo, que os ha dado hijos para que los preparéis
para él. Educad así la pequeña iglesia que hay en vuestro hogar, a
fin de que el sábado todos puedan estar preparados para adorar en el
santuario del Señor. Presentad cada mañana y noche vuestros hijos
a Dios como su heredad comprada con sangre. Enseñadles que es su
más alto deber y privilegio amar y servir a Dios.
Los padres deben ser escrupulosos y hacer del culto de Dios una
lección objetiva para sus hijos. Deben tener con frecuencia en sus
labios pasajes de la Escritura, especialmente los que preparan el
corazón para el servicio religioso. Bien podrían repetirse a menudo
las preciosas palabras: “Alma mía, en Dios solamente reposa; porque
de él es mi esperanza”.
Salmos 62:5
.
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Cuando el sábado se recuerde así, no se permitirá que lo temporal
usurpe lo que pertenece a lo espiritual. Ningún deber que incumbe a
los seis días hábiles será dejado para el sábado. Durante la semana
nuestras energías no se agotarán de tal manera en el trabajo temporal
que, en el día en que el Señor descansó y fue refrigerado, estemos
demasiado cansados para dedicarnos a su servicio.
Aunque deben hacerse preparativos para el sábado durante toda
la semana, el viernes es un día especial de preparación. Por medio
de Moisés, el Señor dijo a los hijos de Israel: “Mañana es el santo
sábado, el reposo de Jehová: lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy,
y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare,
guardadlo para mañana”. “El pueblo se esparcía, y recogía [el maná],
y lo molía en molinos, o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera,
o hacían de él tortas”
Éxodo 16:23
;
Números 11:8
. Había algo que