Demos a Dios lo suyo
357
diezmo que habéis retenido lo reservaba para sostener a mis siervos
en su obra de explicar las Escrituras a los que moran en regiones
obscuras y no conocen mi ley. Al usar mi fondo de reserva para
satisfacer vuestros propios deseos, habéis privado vuestras almas de
la luz que yo había provisto para ellas. Habéis tenido oportunidad
de manifestarme vuestra lealtad, pero no lo habéis hecho. Me habéis
robado; habéis hurtado mi fondo de reserva. “Malditos sois con
maldición”.
Malaquías 3:9
.
Otra oportunidad
El Señor es longánime y misericordioso, y concede otra opor-
tunidad a los que han cometido alguna iniquidad. “Volveos a mí—
dice—y yo me volveré a vosotros”. Pero ellos dijeron: “¿En qué
hemos de volvernos?”
Malaquías 3:7
. Han dedicado sus recursos a
servirse y glorificarse a sí mismos, como si fuesen bienes que les
pertenecieran, y no tesoros prestados. Sus conciencias pervertidas se
han endurecido y cauterizado a tal punto que no ven la gran iniqui-
dad que han cometido al obstaculizar tanto el camino, que la causa
de la verdad ya no podía progresar.
Aunque emplea para sí los talentos que Dios se reservó para
publicar la salvación, para enviar las gratas nuevas de un Salvador
a las almas que perecen, el hombre finito pregunta, aun mientras
obstruye el camino por su egoísmo: “¿En qué te hemos robado?”
Dios contesta: “En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con
maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”. Todo
el mundo está empeñado en robar a Dios. Con el dinero que él les ha
[388]
prestado, los hombres se entregan a la disipación, a las diversiones,
orgías, banquetes y complacencias deshonrosas. Pero Dios dice: “Y
vendré a vosotros para juicio”.
vers. 8, 9, 5
. Todo el mundo tendrá
que dar cuenta en el gran día en que cada uno será sentenciado según
sus obras.
La bendición
Dios se compromete a bendecir a los que obedecen sus man-
damientos. “Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si