Las actividades misioneras
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con él en la obra mediante la cual se pueda realizar una transforma-
ción en su familia.
Cuando nuestros propios hogares sean lo que deben ser, no deja-
remos que nuestros hijos crezcan en la ociosidad y la indiferencia
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con respecto a lo que Dios les pide que hagan en favor de los necesi-
tados que los rodean. Como herencia del Señor, estarán calificados
para emprender la obra donde están. De tales hogares resplandecerá
una luz que se revelará en favor de los ignorantes, conduciéndolos a
la fuente de todo conocimiento. Ejercerán una poderosa influencia
por Dios y su verdad.
Hay que instruir a la iglesia en la obra misionera
“Guarda, ¿qué de la noche?”
Isaías 21:11
. ¿Están los centinelas
a quienes se hace esta pregunta en situación de dar a la trompeta
un sonido certero? ¿Están los pastores cuidando fielmente el rebaño
del que deben dar cuenta? ¿Están los ministros de Dios velando
por las almas, comprendiendo que los que están bajo su cuidado
han sido comprados por la sangre de Cristo? Ha de hacerse una
gran obra en el mundo, y ¿qué esfuerzos estamos haciendo para
realizarla? Los hermanos han oído demasiados sermones; pero, ¿se
les ha enseñado a trabajar para aquellos por quienes Cristo murió?
¿Se les ha propuesto y presentado algún ramo de trabajo de tal
manera que cada uno haya visto la necesidad de tomar parte en la
obra?
Es evidente que todos los sermones que se han predicado no han
contribuido a desarrollar una gran clase de obreros abnegados. Debe
considerarse que este asunto tiene los más graves resultados. Está
en juego nuestro porvenir para la eternidad. Las iglesias se están
marchitando porque no han empleado sus talentos en difundir la
luz. Deben darse instrucciones cuidadosas que serán como lecciones
del Maestro, para que todos puedan usar prácticamente su luz. Los
que tienen la vigilancia de las iglesias, deben elegir a miembros
capaces, y encargarles responsabilidades, al mismo tiempo que les
dan instrucciones acerca de cómo pueden servir y beneficiar mejor a
otros.
Debe emplearse todo medio de dar a conocer la verdad a millares
que discernirán las evidencias y apreciarán la semejanza de Cristo