Página 436 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

432
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
El plan del señor
En la divina providencia, hay períodos particulares cuando de-
bemos levantarnos en respuesta al llamado de Dios y hacer uso de
nuestros recursos, nuestro tiempo, nuestro intelecto, todo nuestro ser,
cuerpo, alma y espíritu, en el cumplimiento de sus requerimientos.
El tiempo actual es uno de ellos. Los intereses de la causa de Dios
están en juego. Las instituciones del Señor están en peligro. Debido
a la terrible carga de deuda bajo la cual están luchando nuestras
escuelas, la obra sufre obstáculos en todas partes. En nuestra gran
necesidad, Dios ha abierto un camino en medio de la dificultad y
nos ha invitado a cooperar con él en el logro de su propósito. Era
su plan que se dedicara el libro
Palabras de vida del gran Maestro
para ayudar a nuestras escuelas, y él llama a su pueblo a que haga su
parte en colocar este libro ante el mundo. En esto él está probando a
su pueblo y a sus instituciones para ver si trabajarán juntos y con el
mismo parecer, con abnegación y espíritu de sacrificio.
Todos deben cooperar
Se ha hecho un buen comienzo en la venta de
Palabras de vida
del gran Maestro
. Lo que ahora se necesita es un esfuerzo fervien-
te, unido, para completar el trabajo que se inició tan bien. En las
Escrituras leemos: “En lo que requiere diligencia, no perezosos;
fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.
Romanos 12:11
. Cada
rama de la causa de Dios es digna de diligencia; pero nada puede
merecerla más que esta empresa en este momento. Debe hacerse
un trabajo decidido en el cumplimiento del plan de Dios. Que cada
campanada hable en favor del Maestro en la venta de
Palabras de
vida del gran Maestro
. Que todos los que de alguna manera puedan,
se unan a los trabajadores.
Considerando el éxito de los esfuerzos ya realizados, vemos que
es mucho mejor obedecer los requerimientos de Dios hoy, que es-
perar por lo que podríamos pensar que es una época más favorable.
Debemos llegar a ser hombres y mujeres para los momentos oportu-
[468]
nos de Dios, porque grandes responsabilidades y posibilidades están
al alcance de todos los que se han enrolado para una vida de servicio
bajo el estandarte de Cristo.