Página 47 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

Basic HTML Version

Los congresos campestres
43
en ese servicio sagrado se vinculaban más estrechamente con Dios
y unos con otros.
En los días de Cristo vastas muchedumbres provenientes de todos
los países asistían a aquellas fiestas, y si las hubieran observado
como Dios quería, con un espíritu de verdadera adoración, la luz de
la verdad podría haber sido esparcida por su intermedio a todas las
naciones del mundo.
Los que residían lejos del tabernáculo debían emplear más de
un mes cada año para asistir a esas santas convocaciones. El Señor
vio que aquellas reuniones eran necesarias para la vida espiritual de
su pueblo. Necesitaban apartarse de los cuidados mundanales, para
comulgar con Dios y contemplar las realidades invisibles.
Si los hijos de Israel necesitaban el beneficio de aquellas santas
convocaciones en su tiempo, ¡cuánto más lo necesitamos nosotros
en estos últimos días de peligro y conflicto! Si los habitantes del
mundo necesitaban entonces la luz que Dios le había confiado a su
iglesia, ¡cuánto más la necesitan ahora!
Este es el momento en que cada uno debe acudir en auxilio
de Jehová contra los poderosos. Las fuerzas del enemigo se están
vigorizando, y se calumnia a nuestro pueblo. Deseamos que la gente
llegue a conocer nuestras doctrinas y nuestra obra. Queremos que
sepan lo que somos y lo que creemos. Debemos llegar a su corazón.
Ocupe el ejército de Jehová el terreno para representar la obra y
[48]
causa de Dios. No presentemos excusas. El Señor nos necesita.
Él no hace su obra sin la cooperación del agente humano. Id al
congreso aun cuando ello os cueste un sacrificio. Id con la voluntad
de trabajar. Y haced todo esfuerzo posible por inducir a vuestros
amigos a ir, no en vuestro lugar, sino con vosotros, para estar de
parte del Señor y obedecer sus mandamientos. Ayudad a aquellos
que tienen interés en asistir, proveyéndoles, si es necesario, alimento
y alojamiento. Os acompañarán los ángeles enviados para ministrar
a los que han de heredar la salvación. Dios hará grandes cosas por
su pueblo. Bendecirá todo esfuerzo hecho para honrar a su causa y
hacer progresar su obra.