Página 54 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
Los que enseñan la verdad deben vivir en continuo contacto
personal y en comunicación consciente y activa con Dios. En ellos
deben ser evidentes los principios de la verdad, la justicia y la mise-
ricordia. Deben extraer de la Fuente de toda sabiduría poder moral
e intelectual. Sus corazones deben ser movidos por los profundos
estímulos del Espíritu de Dios.
La fuente de todo poder es ilimitada; y si en vuestra gran ne-
cesidad buscáis el Espíritu Santo para que obre en vuestra propia
alma, si os refugiáis en Dios, ciertamente no os presentaréis ante la
gente con un mensaje árido y desprovisto de poder. Si oráis mucho
y contempláis a Jesús, dejaréis de exaltar el yo. Si pacientemente
ejercitáis fe, confiando implícitamente en Dios, reconoceréis la voz
de Jesús diciendo: “Escalad nuevas alturas”.
Todos deben actuar como obreros
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar
a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo”.
Efesios 4:11-13
.
Este pasaje bíblico contiene un programa de trabajo extenso
que puede practicarse en nuestros congresos campestres. Todos
estos dones deben ponerse en práctica. Todo obrero fiel trabajará
para lograr la perfección de los santos. Todos los que se preparan
para trabajar en la causa en cualquier campo del saber, debieran
mejorar cada oportunidad para desempeñarse en las concentraciones
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religiosas. Dondequiera que se celebren estas reuniones, los jóvenes
que se han preparado en la rama médica, deben sentir que es su deber
participar. Es necesario instarlos a trabajar no solamente en asuntos
médicos, sino también a hablar de la “verdad presente”, dando razón
de por qué somos adventistas del séptimo día. Si a estos jóvenes se
les da la oportunidad de trabajar con ministros de mayor experiencia,
recibirán gran ayuda y bendición.
Hay algo para ocupar a todos. Cada persona que cree en la verdad
debe ocupar su puesto y lugar y decir: “Heme aquí, envíame a mí”.