Después del congreso campestre
Por medio de los congresos campestres celebrados en las ciu-
dades, miles serán inducidos a escuchar la invitación a la fiesta:
“Venid, que ya todo está preparado”.
Lucas 14:17
. Después de des-
pertar el interés de las personas, no debemos acortar las reuniones,
desmontando las tiendas de campaña y causando la impresión de
que la concentración religiosa ha terminado. Justamente cuando
cientos de personas se han interesado, el mayor bien puede lograrse
mediante la fe y el trabajo esmerado. Por lo tanto, estas reuniones
deben conducirse en una forma tan efectiva par que se mantenga el
interés del público.
Después de una concentración religiosa al aire libre, se trajo a
consideración la opción de continuar o no las reuniones. Relaté a los
hermanos un sueño que había tenido. Veía un edificio parcialmente
terminado. Los trabajadores estaban recogiendo sus herramientas
en preparación para irse, dejándolo sin terminar; pero les supliqué
que consideraran el asunto. “El edificio no está terminado—dije—
. Regresad y trabajad hasta que el techo esté puesto”. Vinieron
entonces y continuaron el trabajo. Así, los hermanos escucharon mi
consejo de permanecer y continuar la obra del congreso campestre.
Como resultado, numerosas personas que habían asistido aceptaron
la verdad.
No debiera haber tantos fracasos en los costosos esfuerzos reali-
zados en los congresos campestres y otras concentraciones religio-
sas; no es necesario que haya tan pocas gavillas para llevar al Señor.
En los lugares donde la bandera de la verdad presente nunca se
había enarbolado, más gente se convertirá ahora como resultado de
cierta cantidad de trabajo, lo cual no se había logrado antes. Tengo
una orden para todos cuyas manos se están debilitando y perdiendo
fuerza: “Empuñad el estandarte con mayor firmeza”. La fe dice:
“Adelante”. No debéis desmayar ni desanimaros. No hay debilidad
de fe en quien avanza constantemente.
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