Página 89 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Después del congreso campestre
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palabras serán realidades vivientes para él y para otros. Aquellos
que le han oído, sabrán que ha estado con Dios y se ha acercado a él
en ferviente y eficaz oración. El Espíritu Santo ha sido derramado
sobre él, su alma ha sentido el vigorizador fuego celestial y podrá
comparar los asuntos espirituales con lo espiritual. Se les dará poder
para derrumbar las fortalezas de Satanás. Sus presentaciones del
amor de Dios quebrantarán corazones y muchos indagarán: “¿Qué
debo hacer para ser salvo?”
Institutos ministeriales
“Id y predicad el evangelio a todo el mundo, y predicad el evan-
gelio a toda criatura”, es la orden del Salvador para sus obreros.
Pero, se ha ignorado esta clara instrucción. Aunque la luz se ha dado
repetidamente, se continúa llamando hombres desde sus campos de
trabajo para que asistan durante muchas semanas a un instituto mi-
nisterial. Hubo un tiempo cuando esto era necesario, porque nuestra
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propia feligresía se opuso a la obra de Dios al rechazar la luz sobre
la justificación por la fe en Cristo. Ellos debieron haber recibido e
impartido ese mensaje con el corazón, la voz y la palabra impresa,
porque esta es su única eficiencia. Debieron haber trabajado bajo la
dirección del Espíritu Santo para dar la luz a otros.
* * * * *
La realización de tantos institutos bíblicos entre nuestro propio
pueblo, no es sabia. El objetivo es bueno, pero hay una obra más
urgente que cumplir: llevar la luz de la verdad a nuevas regiones,
donde no ha penetrado. Los obreros retenidos para trabajar por los
que ya tienen un conocimiento de la verdad, se colocan fuera de con-
tacto con los inconversos. Al dedicar tanto tiempo, año tras año, a los
institutos ministeriales, nuestros hermanos han descuidado campos
que ya están listos para la siega. Personas ciegas espiritualmente,
prejuiciadas por aquellos que representan incorrectamente la verdad,
han quedado sin amonestar. ¡Oh, el descuido que será registrado
contra individuos, organizaciones e iglesias en aquel día, cuando
cada cual será juzgado de acuerdo a las obras hechas en el cuerpo!
Entonces se verá cuán grande era la medida de responsabilidad por
no haber extendido la obra a las regiones lejanas.