Página 240 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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La distribución de responsabilidade
Dios quiere que su pueblo sea inteligente. Ha dispuesto las
cosas de tal manera que hombres escogidos sean enviados como
delegados a nuestros congresos. Esos hombres deben ser probados,
gente digna de confianza. La elección de delegados para asistir a
nuestros congresos es un asunto importante. Ellos son los que deben
hacer planes que serán adoptados para el adelanto de la obra; por
consiguiente deben ser inteligentes, capaces de razonar de causa a
efecto.
“Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al
pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta
la tarde. Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el
pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te
sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana
hasta la tarde? Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo
viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí;
y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios
y sus leyes. Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo
que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está
contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás
hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará
contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos
a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales
el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además
escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de
Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre
el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.
Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo, y todo asunto grave lo
traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás
la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y
Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte y también todo este pueblo
Manuscrito leído ante los delegados de la Asociación General, Washington, D.C., el
30 de mayo de 1909.
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