Las escuelas intermediarias
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mos poner en un esfuerzo para prepararnos para ser más útiles. Si
consagramos la mente y el cuerpo al servicio de Dios, obedeciendo
su ley, él nos dará fuerza moral santificada para toda empresa.
Todo hombre y mujer de nuestras filas, sean padres o no, debieran
interesarse intensamente en la viña del Señor. No podemos permitir
que nuestros hijos se desvíen al mundo y caigan bajo el dominio del
enemigo. Subamos en auxilio del Señor, en auxilio del Señor contra
los poderosos. Hagamos cuanto podamos para hacer de nuestras
escuelas una bendición para nuestros jóvenes. Maestros y alumnos,
podéis hacer mucho para obtenerlo, llevando el yugo de Cristo,
aprendiendo diariamente de él su mansedumbre y humildad. Los que
no están relacionados directamente con la escuela pueden contribuir
a que sea una bendición dándole su cordial apoyo. Así seremos
“colaboradores con Dios”, y recibiremos la recompensa de los fieles,
a saber, una entrada en la escuela de lo alto. (17 de septiembre de
1902.)
Instrucciones adicionales
No es prudente que una nueva escuela enarbole su estandarte y
prometa hacer una labor superior, antes de probar que es plenamente
capaz de hacer un trabajo preparatorio. El gran propósito de toda
escuela intermediaria debe ser realizar un trabajo cabal en los ramos
comunes.
En toda escuela que se establezca entre nosotros, los maestros
deben comenzar humildemente, no asiéndose de los peldaños supe-
riores de la escalera sin haber ascendido antes los inferiores. Deben
subir peldaño tras peldaño, empezando desde el más bajo. Han de
aprender, aun mientras enseñan las materias comunes. Cuando hayan
aprendido el significado de la sencillez de la verdadera educación
comprenderán mejor cómo tienen que preparar a los alumnos pa-
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ra los estudios avanzados. Los maestros deben aprender mientras
enseñan. Se han de hacer progresos, y por éstos se ha de adquirir
experiencia.
Nuestros maestros no deben pensar que su trabajo termina con
impartir instrucción de los libros. Debieran dedicar varias horas cada
día a trabajar con los alumnos en algún ramo de preparación manual.
En ningún caso se la debiera descuidar.