Página 228 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
y el incentivo para vivir una vida útil y laboriosa, de sostén propio.
Y ningún plan humano ha podido superar a éste. Al hecho de que
el mundo se apartó de él se debe, en extenso grado, la pobreza y la
miseria que existen hoy.
Los israelitas consideraban la preparación industrial como un
deber. Se requería de cada padre que hiciese aprender a sus hijos
algún oficio útil. Los mayores hombres de Israel se adiestraban en
actividades industriales. Se consideraba esencial para toda mujer el
conocimiento de los deberes que incumbían a la dueña de casa; y la
habilidad en el cumplimiento de estos deberes se consideraba como
un honor entre las mujeres de la más alta jerarquía.
Se enseñaban diversas industrias en las escuelas de los profetas,
y muchos de los estudiantes se sostenían por el trabajo manual.
El ejemplo de Cristo
La senda del trabajo, señalada a los moradores de la tierra, puede
ser dura y cansadora, pero ha sido honrada por las pisadas del Salva-
dor, y está seguro el que sigue este camino sagrado. Por el precepto y
el ejemplo, Cristo dignificó el trabajo útil. Desde sus primeros años,
vivió una vida de trabajo. Pasó la mayor parte de su vida terrenal en
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el trabajo paciente de la carpintería de Nazaret. Vestido como traba-
jador común, el Señor de la vida recorrió las calles de la pequeña
ciudad en la cual vivía, yendo y volviendo de su trabajo humilde; y le
acompañaban ángeles ministradores mientras caminaba lado a lado
con los campesinos y obreros sin que lo reconociesen y honrasen.
Cuando salía para contribuir al sostén de la familia por su trabajo
diario, poseía el mismo poder que a orillas del mar de Galilea le
permitió alimentar a cinco mil almas hambrientas con cinco panes y
dos pececillos, pero no empleaba su poder divino para reducir sus
cargas o aliviar su trabajo. Había tomado sobre sí la forma de la
humanidad, con todos los males que la acompañaban, y no cejaba en
sus pruebas más severas. Vivía en una casa de campesino; se vestía
con ropas burdas; trataba con los humildes; trabajaba diariamente
con manos pacientes. Su ejemplo nos muestra que el deber del
hombre es ser laborioso y que el trabajo es honorable.