Página 235 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 39—El trabajo físico para los alumnos
Con el plan actual de la educación, se abre una puerta de ten-
tación para los jóvenes. Aunque generalmente tienen demasiadas
horas de estudio, tienen aún muchas horas sin nada que hacer. Pasan
frecuentemente estas horas libres en forma descuidada... Muchísi-
mos jóvenes instruidos religiosamente en casa, que van a las escuelas
comparativamente inocentes y virtuosos, llegan a corromperse por el
trato con compañeros viciosos. Pierden el respeto propio y sacrifican
los principios nobles. Entonces están preparados para seguir la senda
hacia abajo; abusaron de tal manera de la conciencia que el peca-
do ya no les parece tan excesivamente pecaminoso. Estos males...
podrían remediarse en extenso grado, si se pudieran combinar el
estudio y el trabajo...
Algunos alumnos dedican todo su ser a los estudios, y concen-
tran su mente con el objeto de educarse. Hacen trabajar el cerebro,
pero dejan inactivas las facultades físicas. El cerebro se recarga, y
los músculos se debilitan porque no se los ejercita. Cuando estos
estudiantes se diploman, es evidente que han obtenido su educación
a expensas de la vida. Han estudiado día y noche, año tras año, man-
teniendo continuamente su mente en tensión pero no han ejercitado
suficientemente sus músculos...
Las jóvenes se entregan frecuentemente al estudio, y descuidan
otros ramos de la educación que son aun más esenciales para la vida
práctica que el estudio de los libros. Y después de haberse educado,
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son con frecuencia inválidas para toda la vida. Descuidaron su salud,
permaneciendo demasiado encerradas entre cuatro paredes, privadas
del aire puro del cielo y de la luz solar que Dios nos da. Estas jóvenes
podrían haber salido de la escuela con salud, si hubiesen combinado
con sus estudios las labores caseras y el ejercicio al aire libre.
La salud es un gran tesoro. Es el bien más precioso que puedan
tener los mortales. La riqueza, los honores y el saber se compran a
precio muy alto, si es con la pérdida del vigor y de la salud. Ninguna
de estas cosas puede asegurar la felicidad, si falta la salud...
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