Página 240 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
Es cierto que tienen alguna excusa las jóvenes por no elegir el
trabajo doméstico para emplearse, porque los que emplean jóve-
nes para la cocina las consideran generalmente como sirvientas.
Frecuentemente no las respetan, sino que las tratan como si fuesen
indignas de ser miembros de la familia. No les dan los privilegios
que brindan a la costurera, a la dactilógrafa y a la maestra de música.
Pero no puede haber empleo más importante que el trabajo do-
méstico. El cocinar bien, el poner sobre la mesa alimentos sanos
en forma atrayente, requiere inteligencia y experiencia. La persona
que prepara el alimento que ha de ingerirse para que se convierta
en sangre que nutra el organismo, ocupa un puesto muy importante
y elevado. El puesto de copista, costurera o maestra de música, no
puede igualarse en importancia al de la cocinera.
Una obra de reforma
El tiempo es demasiado corto ahora para realizar lo que podría
haberse hecho en las generaciones pasadas; pero podemos hacer
mucho, aun en estos postreros días, para corregir los males existentes
en la educación de la juventud...
Somos reformadores. Deseamos que nuestros hijos estudien
lo más ventajosamente posible. A fin de que puedan hacerlo, debe
dárseles empleo que les haga ejercitar los músculos. El trabajo diario
sistemático debe constituir parte de la educación de los jóvenes, aun
en este período tardío. Mucho puede ganarse ahora, relacionando
el trabajo con nuestras escuelas. Al seguir este plan los estudiantes
adquirirán agilidad de espíritu y vigor de pensamiento, y podrán
realizar más trabajo mental en un tiempo determinado de lo que les
sería posible si estudiaran solamente. Y podrán salir de la escuela
con su constitución ilesa, y con fuerza y valor para perseverar en
cualquier puesto en que la providencia de Dios los coloque.
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Debido a que el tiempo es corto, debemos trabajar con diligencia
y redoblada energía. Tal vez nuestros hijos no asistirán nunca a la
universidad, pero pueden obtener en los ramos esenciales una educa-
ción práctica que les dará cultura mental, y ejercitará sus facultades.
Muchísimos jóvenes que han seguido un curso universitario no han
obtenido aquella verdadera educación que pueden usar prácticamen-
te.
Testimonies for the Church 3:148-159
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