Página 313 - Consejos para los Maestros (1971)

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Lo falso y lo verdadero en la educación
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El Salvador vino “para dar buenas nuevas a los pobres”.
Lucas
4:18
. En su enseñanza hacía uso de los términos más sencillos y de
las imágenes más claras. Y se decía que “gran multitud del pueblo
le oía de buena gana”.
Marcos 12:37
. Los que procuran hacer su
obra en este tiempo necesitan una inteligencia más profunda de las
lecciones que él dio.
Las palabras del Dios vivo son las más elevadas de toda educa-
ción. Los que sirven al pueblo necesitan comer del pan de vida. Este
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les dará fuerza espiritual; entonces serán aptos para servir a todas
las clases del pueblo.
Los clásicos
En los colegios y universidades millares de jóvenes dedican
buena parte de los mejores años de su vida al estudio del griego
y del latín. Y mientras que están empeñados en estos estudios, la
mente y el carácter se amoldan según los malos sentimientos de la
literatura pagana, cuya lectura es generalmente considerada como
parte esencial del estudio de estos idiomas.
Los que se han familiarizado con los clásicos declaran que “las
tragedias griegas están llenas de incestos, muertes, y sacrificios
humanos hechos a dioses sensuales y vengativos”. Mucho mejor
sería para el mundo que se prescindiera de la educación conseguida
de semejantes fuentes. “¿Andará el hombre sobre brasas sin que
sus pies se quemen?”.
Proverbios 6:28
. “¿Quién hará limpio a lo
inmundo? Nadie”.
Job 14:4
. ¿Podemos esperar entonces que la
juventud desarrolle un carácter cristiano mientras que su educación
es amoldada por la enseñanza de los que hacen mofa de los principios
de la ley de Dios?
Al hacer a un lado toda restricción, y al sumirse en diversiones
desvergonzadas, en disipaciones y vicios, los estudiantes no hacen
sino seguir el ejemplo puesto ante sus inteligencias por estos estu-
dios. Hay carreras en que el conocimiento del griego y del latín es
necesario. Hay algunos que tienen que estudiar estos idiomas. Pero
el conocimiento de ellos, indispensable para fines prácticos, puede
adquirirse sin el estudio de una literatura corrompida y corruptora.
El conocimiento del griego y del latín no es de necesidad para
muchos. El estudio de idiomas muertos debería ser pospuesto al