Página 320 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
que no han madurado aún, es necesario eliminar de ellas todo rastro
de sugestiones incrédulas. Una diminuta semilla de incredulidad
sembrada por un maestro en el corazón de un alumno, puede brotar
y producir una mies de incredulidad. Los sofismas relativos a Dios y
su naturaleza que inundan al mundo de escepticismo, son inspirados
por el enemigo caído. Satanás estudia la Biblia. Conoce las verdades
esenciales para la salvación, y procura apartar de esas verdades toda
mente. Tengan los maestros cuidado de no repetir las mentiras del
enemigo de Dios y del hombre. Es un error colocar en las manos de
los jóvenes libros que los dejan perplejos y confusos. La razón que
se da a veces para este estudio es que el maestro recorrió ese terreno,
y el alumno debe seguirle. Pero si los educadores recibiesen luz y
sabiduría del Maestro divino, mirarían este asunto de una manera
muy diferente. Medirían la importancia relativa de las cosas que
se han de aprender en la escuela. Se enseñarían más cabalmente
las ramas comunes y esenciales de la educación, y se estimaría la
Palabra de Dios como pan enviado del cielo, que sostiene toda vida
espiritual.
Somos tardos en comprender cuán necesario es entender las ense-
ñanzas de Cristo y sus métodos de trabajo. Si los comprendiésemos
mejor, gran parte de las instrucciones dadas en nuestras escuelas
sería considerada sin valor. Se vería que mucho de lo que se enseña
ahora no desarrolla la sencillez de la verdadera piedad en la vida del
alumno. La sabiduría finita recibiría menos estima, y la Palabra de
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Dios tendría un lugar de mayor honor.
Si los maestros de nuestras escuelas escudriñasen las Escrituras
con el propósito de comprenderlas mejor por su cuenta, abriendo
su corazón a la luz dada en la Palabra, serían enseñados de Dios.
Amarían y practicarían la verdad, y trabajarían para impartir menos
de las teorías y sentimientos de los hombres que nunca estuvieron
relacionados con Dios, y más del conocimiento que perdura. Senti-
rían una profunda hambre del alma por la sabiduría que viene de lo
alto.
El estudio para fines útiles
Con frecuencia los alumnos dedican muchos años a un estudio
dirigido según métodos equivocados y con fines inútiles. Se enseña